Y aún digo más: hacía tiempo que no os traía una receta con queso. Esta semana tengo que comer sola, y eso, lejos de ser un inconveniente, me inspira para probar platos nuevos que mi costilla no aprobaría ¿os he contado que no le gusta el queso, verdad?
Resulta que llevo algunas semanas en tratamiento dental, ya que mi dentadura necesitaba una puesta al día (llevaba años sin ir, ya que gozo de buena salud dental pero era necesaria una revisión integral), y aprovecho para ir de compritas cuando salgo de la clínica, que esto de vivir en el campo mola pero estás bastante aislada. Así que los martes son mi día de fiesta, aunque la visión de unas pinzas dentro de la boca no sea precisamente un placer para la mayoría, a mi me resulta casi como una sesión de belleza.
A lo que vamos. Ayer, saliendo del dentista, aproveché para darme un garbeo por el Carrefour. Y una vez allí, me fui instintivamente a la sección de quesos de importación. Me encantan. Y quiso la providencia que mi mirada se fijase en este queso en concreto, que además tiene un precio muy decente (no como la mayoría de los quesos que captan mi atención, que su precio suele ser elevado).
El Danablu es un queso danés de leche de vaca con indicación geográfica protegida. Está elaborado con productos totalmente naturales, sin ningún tipo de aditivos. Surgió como una copia del queso Roquefort, pero lo que consiguieron es un queso mucho más suave, pero con personalidad propia. Su sabor es intenso, algo salado, y muy cremoso.
Ha sido un descubrimiento. Me ha gustado mucho, ya que es más suave que los quesos azules que he probado.Y funde estupendamente.
La cuestión es que tenía portobellos en la nevera, con intención de preparar otra cosita, pero cuando vi este queso los vi enseguida combinados. La verdad es que casan genial. Y la pasta fresca, puedes utilizar la que quieras; yo esta vez han sido unos raviolis de ricotta y espinacas, pero unos tagliatelle o tallarines tampoco quedarían nada mal. Esta salsa se queda en mi colección.
Tiempo: 15 min.
Ingredientes (para 2 personas):
-250 gr de raviolis frescos rellenos de ricotta y espinacas.
-12 portobellos de buen tamaño.
-100 gr de queso Danablu.
-120 ml de nata para cocinar.
-perejil picado.
-aceite de oliva virgen extra y sal.
Primero ponemos a hervir una olla con abundante agua salada. Mientras rompe el hervor, salteamos los portobelllos troceaditos en un chorro de aceite de oliva. Salamos ligeramente, dejamos evaporar el caldo que desprenden, apagamos el fuego y reservamos.
Cuando el agua hierva, vertemos la pasta y dejamos hervir alegremente durante 5-6 min.
Mientras, agregarmos el queso desmenuzado a los portobellos, regamos con la nata y ponemos a fuego lento, removiendo de cuando en cuando con una cuchara de madera.
Una vez lista la pasta, escurrimos. Depositamos en platos,
Subimos el fuego de la salsa, hasta que espese a nuestro gusto (esto se hará rápidamente, en un minuto a fuego fuerte alcanza el punto). Vetemos de inmediato sobre la pasta.
Espolvoreamos de perejil picado y servimos enseguida.
Una delicia y bien rápida y sencilla, ¿no os parece?.
Mabel.
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