Platos fríos

Platos fríos
Platos fríos

Helados y polos

Helados y polos
Helados y polos

Bundt cakes

Bundt cakes
Bundt cakes

Marillenpalatschinken (creps austríacos).

¿Los conocías?



Porque yo te aseguro que no. Pero como hoy toca asaltablogs, he tenido la oportunidad de conocer un blog en el cual hay un montón de recetas de la gastronomía europea, ente ellas ésta. En realidad se trata simplemente de unos creps rellenos de mermelada de albaricoque típicos de Austria. Y sí, simplemente son deliciosos.



La verdad es que Bea tiene multitud de delicias dulces, pero yo necesitaba algo sencillo y que no resultasen demasiadas raciones, ya que tenía claro que me lo iba a zampar yo solita. Ella indica que son dos raciones, pero yo me lo he zampado para merendar, y me han salido tres creps, claro que mis medidas igual no son muy standars...jajajja.



Yo no suelo dorarlos mucho, no tengo paciencia y además me gustan bien tiernos, aunque lo normal es dejarlos doraditos. También podía haber regado estas delicias con sirope de chocolate, pero no. Me he contenido y con una lluvia de azúcar glas ha sido suficiente. Os invito a probarlos, un día es un día.



Bea, me ha encantado asaltarte. Que sepas que tus creps se quedan conmigo, aunque el relleno lo variaré en sucesivas intentonas... me he quedado con ganas de más.

Ingredientes (2 raciones):

-1 huevo entero y 1 yema.
-4 cucharadas soperas rasas de harina de repostería.
-125 ml de leche.
-1 cucharadita de azúcar moreno.
-1 pizca de sal.
-mantequilla para engrasar la sartén.
-2 cucharadas soperas de mermelada de albaricoque.

Preparación:

Primero, ponemos la mermelada con un chorritín de agua un minuto en el micro, sacamos y deshacemos bien para que quede una salsita suelta pero espesa.

En un bol, mezclamos el resto de ingredientes menos la mantequilla y batimos bien con unas varillas. Tiene que quedar una mezcla fina y sin grumos.

Calentamos una sartén antiadherente con una cucharadita de mantequilla. Echamos una cuarta parte de la mezcla y dejamos hacer hasta que esté completamente cuajada. En la misma sartén, ponemos en una esquina una cucharada de la mermelada, enrollamos y dejamos en un plato.

Procedemos de igual forma con el resto de la mezcla, hasta conseguir cuatro creps.

Servimos inmediatamente. Yo consumí dos, y el restante lo devoré en otro momento calentando unos segundos en el micro.

¡Deliciosos estos creps de nombre impronunciable!

Mabel.
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Garbanzos al estilo Marroquí.

¿Quién se apunta a un buen plato de garbanzos calentitos?


De vez en cuando te apetece probar cosas distintas, los mismos ingredientes pero cocinados de otras maneras. Eso es lo que me ha pasado con esta rica receta. La encontré por casualidad en el blog de Bea, y me la guardé en pendientes. Esta semana está siendo tan fría que no paro de rebuscar recetas que reconforten, y aparecieron por los archivos estos garbanzos deliciosos.



Me encantan los garbanzos, son mi legumbre favorita. Igual me gustan acompañando a un arroz, que a unas espinacas, triturados en forma de hummus, en ensalada, incluso el caldo es aprovechable (ver aquí). Pero le tenia ganas a un guiso diferente, y esta receta cumplía sobradamente mis espectativas: es sencilla, aromática, no lleva nada de carne y encima ha gustado muchísimo en casa. Yo os la muestro tal cual, pero la serví con huevo duro rallado por encima y calentada unos minutos sin parar de remover hasta que la yema se disuelve en el caldo. Una verdadera delicia.



He tomado un poco libremente la lista de ingredientes. No tenía cebolla ni apio, así que no le puse. El tomate que utilicé fueron cherrys de tres colores en lugar del triturado que ella propone. Las especias, no tenía cilantro y le puse tres clavos de olor machacados en el mortero. Bea la hace en la thermomix y yo en la olla rápida. Deliciosa igualmente y totalmente recomendable.

Tiempo: 1 hora más 1 día de reposo.

Ingredientes (cuatro raciones):

-1 y 1/2 botes grandes de garbanzos cocidos de buena calidad.
-6 tomates cherry, yo usé amarillo, naranja y rojo.
-1 zanahoria pequeña.
-1/2 pimiento rojo, yo usé congelado de mi cosecha de verano.
-1 rama de perejil fresco.
-1 punta de cuchillo de las siguientes especias: clavo, canela, jengibre, pimentón, nuez moscada y comino.
-1/2 litro de caldo de verduras, yo usé de brick de Gallina Blanca.
-un buen aove y sal.
-2 huevos duros (opcional).

En el vaso picador de la batidora, trituramos juntos los tomates, las hojas de perejil y la zanahoria.

Vertemos todo en la olla junto a un buen chorro de aove y sofreímos un poco, removiendo de vez en cuando. Añadimos el pimiento troceado pequeño y las especias y dejamos sofreír un par de minutos.

Añadimos el caldo y los garbanzos. Cerramos la olla y cocemos 30 minutos. Dejamos enfriar.

Cuando vayamos a servir, rallamos los huevos encima sin sacar de la olla y dejamos estofar un minuto sin parar de remover.

Como he dicho, mejora muchísimo preparado de víspera.

Este plato se queda en mi cocina por derecho propio.

Mabel.
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Mugcake de Avena y Chocolate.

Sé que me estoy pasando con el chocolate...



Pero es que con estos fríos no me apetece otra cosa. El chocolate (y más aún si está calentito), es el único ingrediente que me pone las pilas. En serio, es pensar en un bizcocho de chocolate y venirme arriba de inmediato.

Peero... no podemos estar horneando bizcochos a toda hora, y menos cuando la única que se los zampa eres tú mismita. El caso es que el tema de los mugcakes lo tengo muy muy abandonado. Craso error: estos minibizcochos instantáneos son perfectos para quitarnos la gula, alimentarnos de paso y encima pueden quedar más que decentes. Sólo es cuestión de controlar los tiempos en el micro.



Me encanta la avena, Justo la pasada semana compré harina de avena integral de la marca Harimsa, que por cierto me ha gustado mucho. Y era cuestión de tiempo que cayera este mugcake, ya que hacer tortitas o pancakes me da una pereza tremenda porque son, de nuevo, para mi sola.



Ya de paso, un chorritìn del sirope de chocolate Mary Lee, que venía en mi Degustabox de diciembre, para rematar la faena. Y frambuesas, por supuesto.

No te quedes con las ganas de un pastelito, y márcate uno como éste sin pensarlo dos veces. Me lo agradecerás.

Tiempo: menos que pensarlo.

Ingredientes (1 ración):

-1 cucharada sopera rasa de cacao puro sin azúcar (yo uso Valor).
-1 cucharada sopera rasa de azúcar moreno.
-2 cucharadas soperas rasas de harina de avena integral.
-3 cucharadas soperas rasas de leche de soja.
-1 huevo.
-1/2 cucharadita de café de levadura química.

Ponemos todos los ingredientes en un tarro de cristal con tapa, Cerramos y agitamos muy bien hasta que esté todo bien mezclado.

Vertemos en una taza, teniendo en cuenta que crecerá casi el doble.

Llevamos al micro 60 segundos a potencia máxima. Paramos y ponemos  30 segundos más. Comprobamos si está cocido pinchando con una brocheta, si sale limpia ya está. De lo contrario poner 10 seg más e ir jugando con este intervalo, hasta que salga limpia. Es preferible que esté algo húmedo.

Sacar y volcar en un plato.

Esperar cinco minutos, decorar a nuestro gusto (o no) y al ataque.

¿Qué me decís? Dentro de poco y nada, más opciones, que esto engancha.

Mabel.
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Mousse de Cacao y Dátiles.

No renuncio al chocolate, eso nunca.



Con lo bueno que es para la salud... la pena es que casi siempre las preparaciones más apetitosas suelen ser las más calóricas.  Y, de vez en cuando, me apetece un caprichito. Solía tener cargo de conciencia, hasta que encontré esta receta.



Los ingredientes pueden resultar, cuanto menos, extraños. Pero os aseguro que sabe a chocolate y del bueno. La adición de dátiles contribuye a endulzar naturalmente la mousse, aunque yo he de decir que he tenido que añadir una cucharada de azúcar moreno, ya que mi paladar no está acostumbrado a los dulces sin azúcar. Y el perfume que le otorga la ralladura de naranja, simplemente delicioso.

Que me encanta el aguacate, no es ninguna sorpresa. Por eso tenía ganas de probar esta receta, que ya conocía aunque con diversas variantes. Me he decantado por esta en cuestión por la presencia de la naranja, que ahora tengo de cosecha propia y gracias a los últimos fríos han ganado en dulzor.



No será la última vez que lo prepare, porque para mi sola estas cantidades son perfectas, ya que me salen tres vasitos como los de la foto. Os aconsejo dejarla reposar un día en la nevera, ya que gana en textura y en sabor.

Con esta receta, participo en el reto de Pilar, Color y Sabor de Temporada, que este mes estaba dedicado al dátil y la col de Bruselas.



Ingredientes (para 3 vasitos de 125 ml):

-1 aguacate grande y maduro.
-7 dátiles.
-1 naranja, su zumo y su ralladura, mediana.
-2 cucharadas soperas de cacao puro Valor.
-1 cucharada sopera de azúcar moreno.

Preparación:

Ponemos los dátiles, deshuesados, a remojo en el zumo y la ralladura de naranja durante una  hora.

Con el accesorio picador de la batidora, trituramos todos los ingredientes juntos, hasta que la textura sea lo más homogénea posible. Repartimos en vasitos, tapando bien y llevamos al refrigerador hasta el día siguiente.

Una mousse diferente y llena de matices. ¡Y sanísima! Os animo a que la probéis sin dilación, cuanto menos os sorprenderá.

Mabel.


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Crema de Brocoli y Boniato.

El frío y duro invierno ha llegado para quedarse.



Esta mañana el termómetro marcaba 1 grado negativo. No, no estamos acostumbrados a esto por estos lares. Pero como ha salido un día muy soleado, he aprovechado para comenzar con mis caminatas invernales. Siempre acompañada de mi querida Sonia, compañera de fatigas y de algún que otro despeñe por caminos no demasiado practicables.



Me encanta el brócoli. El otro día en el mercado mi puesto favorito tenía unos ramilletes preciosos, de un verde realmente fresco y brillante. Os enseñé una foto de las flores en cuestión por mi instagram, ¿recordáis? Pues bien, resulta que un boniato solitario languidecía en mi frutero... y decidí casarlos con la esperanza de que la unión fuese dichosa.



Y lo fue, vaya si lo fue. El resultado fue una deliciosa crema, de sabor dulce y muy suave. Aquí, el único secreto fue la minipimer, ya que la olla se encargó de todo el resto del proceso.



Es tan tan sencilla, que cuesta más contarla que hacerla. Y con esta cremita, amplío mi carta de cremas de verduras sencillas y bien calentitas, para reconfortar almas ateridas de frío.

Tiempo: 35/40 min.

Ingredientes (4 raciones):

-1 ramito de brócoli, con su tallo.
-1 bonitato mediano.
-100 cl de leche de soja.
-laurel
-orégano.
-agua y sal.

Troceamos el brócoli separando los ramilletes, pero sin dejarlos muy pequeños. El tallo, lo pelamos y lo troceamos en trozos regulares.

El boniato, lo pelamos y lo troceamos también en trozos de unos 2 cm.

Ponemos en una olla baja, el brócoli y el boniato. Cubrimos apenas de agua y añadimos una hoja de laurel y un pellizco generoso de orégano. Ponemos a cocer y, cuando llegue a ebullición, bajamos el fuego, tapamos la olla y dejamos cocinar unos 25-30 minutos, o hasta que el boniato esté tierno.

Retiramos el laurel y trituramos la sopa, añadiendo la leche de soja. Rectificamos de sal al gusto.

Deliciosa.

Nos vemos el domingo con nueva receta. ¡Sed felices!

Mabel.
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7 Consejos para estar en forma y ser más feliz.

¿Cómo? ¿Qué ahora te has metido a gurú fitness? No, chicas. Lo que pasa es que acaba de empezar mi temporada de livinglavidaloca, y, ea, que se note que estoy de vacaciones.

No pretendo ofrecer la solución a todos los problemas. Simplemente, os quiero contar unos cuantos consejitos que yo pongo en práctica cuando la vida me lo permite. Yo tengo un horario muy apretado desde mayo a diciembre, sin embargo desde ya hasta que den su fruto los melocotones, estoy oficialmente de descanso. No de vacaciones, sino en temporada de descanso...

Es necesario organizarse para no caer en el caos. Como no tengo hijos, el tiempo libre es necesario dosificarlo. Y, porque no, es momento de dedicarse tiempo a una misma. Si os apetece seguirme, estos son mis mejores consejos de bienestar:

1- Camina.




Al menos dos veces por semana, nos juntamos varias amigas y recorremos unos 7 km por los alrededores. Vale que mi entorno es un regalo, pero en las ciudades siempre hay una ruta ya testeada que nos sirva para tal fin, son las llamadas (al menos por aquí) rutas del colesterol.

2- Organízate.





Suele suceder que, a medida que avanza el año, se desdibujan mis propósitos, ya que la agenda se complica a partir de agosto. Pero hasta entonces, llevo años con este plan y me funciona perfectamente: imprime un planning bonito y pégalo en la puerta de la nevera. Éstos te sirven perfectamente para tal fin.


3- Aliméntate.




Podría vivir a base de plátanos y avena. En serio, mi dieta es muy variada, pero mis desayunos se componen de avena dos de cada tres días, y mis compañeras se divierten muchísimo cuando me ven merendar un plátano todos los días en época de mucho trabajo. Sólo os diré que mis analíticas salen perfectas. Algo estaré haciendo bien...


4- Mímate.





Una sesión de belleza, un tratamiento para el cabello, un masaje descontracturante. Saca tiempo y ahorra un dinerito, una buena idea es consultar aquí ofertas en tu ciudad, y de paso ahorrarte unos eurillos. Te lo mereces y lo sabes.


5- Alimenta algún hobby.





Aunque no lo termines. Yo el año pasado acabé dos cuadritos a punto de cruz que llevaban dos años en marcha, y este año tengo el propósito de acabar una miniatura navideña para enmarcar. Un buen libro, un proyecto a dos agujas, un amiguirumi de ganchillo... lo importante es que lo que hagas te guste mucho. Y no tengas prisa; ya lo terminarás. Tú sólo disfruta con el proceso.


6- Viaja.





Dónde es lo de menos. A mi personalmente, no hay cosa que me haga más feliz que hacer las maletas. Un fin de semana en casa de unos amigos, una noche de hotel a 100 km de casa, un viaje en avión... Siempre hay algo acorde a nuestro tiempo y presupuesto. Viajar es vivir. Viajar es felicidad al cuadrado, como dice Shakira.


7- Tómate un café con las amigas.





De vez en cuando. Las amistades son como las plantas, necesitan ser regadas con regularidad. Saca tiempo de donde puedas y llama a tus amigas para tomar un café. Y disfruta.


...Y todo lo anterior, hazlo siempre con una sonrisa. Verás las cosas de otro color.

¿Me acompañas?

Mabel.


Nota: Todas las imágenes pertenecen a Pixabay y son de uso libre.

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Crema de verduras del cocido.

No hay nada mejor para este frío ártico que un plato de cuchara bien caliente.



Es ahora cuando mi costilla me pide cocido (aquí le llamamos olla, también llamado puchero y con otras nomenclaturas depende de dónde nos hallemos), y es que no hay nada mejor para reconfortar cuerpo y alma que un buen plato de caldo con arroz o fideos. Y claro, después de hacer el cocido en cuestión siempre tengo el mismo dilema: qué hacer con las sobras.



Yo cuando hago cocido tengo la comida prácticamente solucionada para el resto de la semana. Es un buen recurso en este mes de apuros y recortes, que en navidad quien más y quien menos se ha pasado un poquitín de rosca (y no me refiero sólo a comilonas varias, que también). Yo, sin ir más lejos, con los aguinaldos de los sobrinos he llorado en silencio (nótese mi tono sarcástico...) y eso que la mitad ya trabajan por cuenta ajena y todo. Así que os voy a contar mi método para regular balanzas, ése que ya usaba mi abuela y seguro que la tuya también: optimizar una buena marmita de cocido.

Cuando silba mi olla rápida se respira una atmósfera de alegría en mi casa. Los aromas de la cocción perfuman hasta el piso de abajo, y funciona de reclamo para ese marido hambriento y difícil de contentar. Si por él fuera, todos los días comería lo mismo. Yo, sólo el primer día; luego raciono los restos de la siguiente manera:

Con el caldo hago un día fideos; otro un sabroso arroz como por ejemplo este arròs amb fessols i naps

 o bien un arroz caldoso con verduritas que pululen por la nevera. Con la carne la cosa está más cruda, ya que aunque hay mil soluciones, mi querido marido sólo admite este supremo arroz al horno,

 aunque yo a veces me hago para mi unas estupendas croquetas de cocido como éstas de Webos Fritos.

¿Y con la verdura qué? Pues lo normal es que me la coma de guarnición en la cena durante un par de días, pero lo más rico es prepararla en forma de puré: así nadie dice que no a unas verduras deshechas y un poco desabridas.

Con esta sencilla receta participo en el reto de mi amiga Marisa y de Rosalía, Reciclando Sabores. No dejéis de pasar por allí para ver otras estupendas recetas de aprovechamiento.



Ingredientes (para dos, pero es un poco a ojo):

-restos de la verdura del cocido. en mi caso patata, zanahoria, apio y napicol. En total como unos 200 gr.
-1 vaso (200 cl) de leche, en mi caso de soja.
-1 cucharada generosa de mantequilla.
-sal al gusto.

Tan sencillo como poner la verdura troceada en un cazo, regamos con la leche y trituramos a conciencia con la minipimer. Ponemos a calentar añadiento la mantequilla sin parar de remover con una cuchara. Cuando esté bien caliente y la mantequilla fundida, rectificamos de sal y servimos.

Yo la he acompañado con unos costrones de mi pan favorito, de la casa Rivita.

Y vosotras ¿cómo aprovecháis las sobras del cocido?

Mabel.


2

Orange Jubilee Bundt Cake (bundt de naranja y vainilla).

Hoy es día de reyes, ¿os habéis portado bien?



Yo sí. Mucho. Por eso SS MM los reyes majos de Oriente me han traído eso por lo que tanto yo suspiraba: un nuevo molde de Nordic Ware, en concreto el modelo Jubilee.



Estoy como loca con él. Y eso que no era precisamente mi favorito. Yo quería el modelo Kugelhop, pero o estaba agotadísimo o en la tienda que si estaba fue imposible efectuar el pedido. ¿Casualidad? ¿destino? lo cierto es que este modelo, el cual no tenía yo en mente, me ha cautivado. Con esa filigrana tan detallada, tuve que pedir a los reyes también el spray desmoldante, que con tantas aristas se me hacía harto difícil llegar a engrasar todos los recovecos si lo hacía a mano.



A lo que vamos. Yo quería hacer un bundt de naranja, y resulta que el molde en cuestión llevaba una receta de naranja. Así que, con gran alegría y satisfacción, me dispuse a elaborarla. Pero claro, yo tenía que darle sí o sí mi toque personal. Se me ocurrió sustituir la mitad de la mantequilla por aceite de oliva virgen extra; la buttermilk por leche evaporada agria, y decidí añadir vainilla. Aquí la receta original, a la cual he decidido no tocar demasiado porque ya pintaba bien de por sí.

La masa perfecta. El horneado no hace subir el centro del bizcocho, y es el primer bundt que me queda perfectamente liso (o casi). En esta ocasión he utilizado azúcar blanco por aquello de lograr un bizcocho clarito, y muy dulce (un día es un día). Jugosísimo. Mejora con un día de reposo, eso sí si sois capaces de conteneros, ya que el aroma que desprende es irresistible. Yo le metí cacho en cuanto se enfrió...



Este año. a causa de las abundantes lluvias, la calidad de las naranjas ha mermado, quedando con una corteza gruesa y con menos zumo de lo habitual. Pero esto no ha sido sino un plus para animarme a elaborar este bundt, ya que necesitamos una corteza jugosa para aromatizar el azúcar. NO uséis naranjas tratadas, o en su caso prescindid de la ralladura, ya que han sido selladas con ceras o incluso otras sustancias menos deseables. Utilizad naranjas recolectadas directamente del campo.

Ahora sí que sí, os presento mi alternativa al roscón, que en casa no nos gusta tanto...

1 taza: 250 ml.

Tiempo: 20 min + 60 min horneado + 1 día de reposo.

Ingredientes (para un bundt de 10-12 tazas):

-3 tazas de harina de repostería.
-2 tazas de azúcar blanco.
-1/2 taza de mantequilla muy blanda (en pomada).
-1/2 taza de aceite de oliva virgen extra.
-1/2 taza de leche evaporada (yo he usado la Central Lechera Asturiana).
-4 huevos L.
-1 cucharadita de vinagre de sidra.
-2 naranjas medianas.
-1 cucharada de extracto de vainilla.
-1 cucharadita de las de café de levadura química.
-1/2 cucharadita de las de café de bicarbonato.
-1 pellizco de sal.
-Mantequilla para engrasar el molde o spray desmoldante.

Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente.

Encendemos el horno a 175ºc.

Mezclamos la leche evaporada con el vinagre y el zumo de las naranjas (125 ml). Reservamos.

En un bol, ponemos el azúcar y mezclamos con la ralladura de las dos naranjas (sin la parte blanca) y la vainilla. Dejamos al menos 10 min.

En un bol, tamizamos la harina con la levadura, el bicarbonato y la sal, reservamos.

En otro bol, batimos con las varillas eléctricas la mantequilla con el aceite. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que la mezcla quede sedosa, unos 3-4 minutos.

Añadimos 1 huevo, batimos hasta integrar. Hacemos lo mismo con los restantes, mezclando de 1 en 1.

Añadimos el resto de ingredientes así: primero 1 tercio de la harina, mezclamos; la mitad de la mezcla de naranja, mezclamos; otro tercio de la harina, luego el resto de la leche y luego el resto de la harina. Batimos a mano con las varillas hasta que se integre todo, pero sin sobrebatir.

Vertemos en el molde engrasado y llevamos al horno, colocando el molde sobre la rejilla (no sobre la bandeja del horno, el aire debe circular por la chimenea del molde). Dejamos 1 hora.

Al cabo de una hora comprobamos si está cocido pinchando con una brocheta, ha de salir limpia. Si no es así dejamos 10 minutos más.

Sacamos y ponemos a enfriar sobre una rejilla. Si utilizamos un molde de Nordic Ware, lo desmoldaremos a los 10 minutos de sacar del horno. En caso de utilizar cualquier otro molde esperaremos hasta el completo enfriado antes de desmoldar.

Yo no le he puesto ningun frosting, apenas un poco de azúcar glas. No lo necesita...

¡Deliciosísismo!

Mabel.
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Pudín Salado de Espinacas y Jamón.

Tras la vorágine de platos festivos, dulces navideños y algún que otro empacho de polvorones, toca reajustarse.



Y eso que aún no han  llegado SS MM los reyes magos de Oriente. Pero sí, nuestros bodys serranos se hallan henchidos de forma proporcionalmente inversa a nuestro bolsillo. ¿Me equivoco?...

Toca reajustarse, como ya he dicho. La cuesta de enero será dura, y hay que estar preparadas. Es el momento de desempolvar las legumbres y demás viandas tradicionales, ricas y sencillas en preparaciones, (acaso algunas horas de fuego lento), y de reinventarse. Hacía tiempo que no os ponía por aquí una receta con sobras de pan, y casi siempre son dulces. Pero hoy os traigo un pastelón salado que lleva poquísimos ingredientes y que está buenísimo.



Tenía unas espinacas deslucidas en el frigo. Tenía media barra de pan pansida del día anterior.  Y tenía un brick de leche evaporada de Central Lechera Asturiana que venía en mi Degustabox de diciembre (junto a otras cosas apetecibles, que ya iremos viendo).  Tenía, por consiguiente, que probar algo como ésto. Y está muy rico.



La inspiración llegó de aquí. Esta vez no he triturado el pan junto con los ingredientes húmedos, sino que lo he cortado en cubitos y lo he mezclado con la masa. Supongo que ha quedado bien porque el pan no estaba muy seco, de haber estado bien duro no me hubiera servido para esta receta. En fin, os dejo la preparación para que podáis probarla.

Como no podía ser de otro modo, estreno el nuevo año con mi reto favorito, Reciclando Sabores, para el cual he preparado esta receta. No dejéis de pasaros para ver el resto de propuestas para reciclar las sobras ¡son geniales!.



Tiempo: 50 min + el enfriado.

Ingredientes (para 4 raciones):

-1/2 barra de pan del día anterior.
-4 huevos.
-125 ml de leche evaporada.
-180 ml de leche desnatada.
-1/2 paquete de espinacas frescas.
-2 lonchas de jamón serrano.
-sal, pimienta negra recién molida
-pimentón rojo dulce en polvo.
-aove.
-mantequilla para engrasar el molde y un poco de miga de pan rallado.

Encendemos el horno a 200ºC.

Primero, salteamos ligeramente las espinacas en una sartén con un chorrito de aove. Cuando estén hechas, dejamos templar.

Cortamos el pan en cubitos de dos centímetros o menos. Trinchamos el jamón en juliana, mezclamos en un bol con el pan y aderezamos todo con un chorrito de aove. Reservamos.

Batimos en otro bol los huevos, las leches, salpimentamos y probamos de sal. Añadimos las espinacas y mezclamos bien.

Engrasamos un molde de cake con la mantequilla y espolvoreamos con la miga de pan. Vertemos la mitad de la mezcla de huevos. Ponemos encima el pan con el jamón y terminamos de cubrir con el resto de los huevos y la leche.Tapamos con una lámina de papel de aluminio y llevamos al horno. Bajamos la temperatura a 180ºC.

Dejamos 40 minutos y apagamos el horno. Dejamos dentro 10 minutos más. Sacamos y dejamos enfriar por completo.

Una vez frío, desmoldamos en un plato o fuente. Degustamos frío o calentado con un golpe de microondas.

¡Feliz comienzo de año a todos!

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