Platos fríos

Platos fríos
Platos fríos

Helados y polos

Helados y polos
Helados y polos

Bundt cakes

Bundt cakes
Bundt cakes

HOY COMPARTIMOS: días de ocio.


Ya está aquí el último HC antes de irse de vacaciones en agosto:




Para mí, la idea de "días de ocio" en verano es una utopía. Como agricultora, esta es la época más activa del año en mi casa.





Por ello, mis ratos libres son muy escasos, así que intento que éstos sean lo más relajantes posibles.


-El sábado que se puede, me escapo a la playa, a cargarme de iones negativos.




-Cuando acumulo algún tipo de fruta o verdura, me encanta hacer conserva.



-Disfruto siempre que puedo de un buen helado.




-Y mientras mi chico hace tareas en las que yo no puedo ayudar, me encanta pasear entre las flores silvestres.






Mis días de ocio llegarán, más tarde, y seréis partícipes de ellos.

Playa de las Teresitas, Tenerife. Enero del 2012.


¡Vamos a visitar al resto de compartidores!

Mil besos.
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Bizcocho de Calabacín y Chocolate... sin huevo y sin lactosa.

Buenos días, amores. ¿Cómo va la semana? ¿bien? Si recordáis os prometí dos recetas con calabacines, una salada y una dulce. En la anterior entrada os enseñaba un pan muy aromático.


Y he aquí la parte dulce de las recetas con calabacín:






A este bizcocho le tenía muchas ganas. He visto varias versiones, ya que entre los anglosajones es una receta bastante conocida. Pero cuando descubrí la versión de La receta de la Felicidad (pincha aquí), me decanté enseguida por ella, ya que creo que es mucho más versátil ya que no lleva huevo ni lácteos, por tanto apta para gente con intolerancias.

Al no llevar huevos, se conserva estupendamente más de una semana en la nevera. Yo me comí un cuarto, otro cuarto lo regalé, el tercero lo congelé y el cuarto cuarto ha caído esta mañana en el desayuno. Teniendo en cuenta que la hice hace justo siete días, y que apenas ha perdido untuosidad, creo que merece la pena probarla.

Su textura es parecida a la de un brownie, pero más gomosa. Yo reducí la cantidad de azúcar que pide Sandra en la receta, porque me gusta el cacao más bien amargo, y sustituí el cacao en polvo por una tableta de chocolate puro al 80%, sin azúcar. Tardó algo más de tiempo en cocerse, ya que la masa me quedó más húmeda. Si queréis aseguraros de que es completamente apto para intolerantes a la lactosa, utilizad el cacao puro en polvo.

Bueno, por si os animáis, aquí va la receta:

Tiempo: 10 min de preparación; 20-35  min de h0rneado (depende del chocolate que elijáis)

Ingredientes:

-350/400 gr de calabacín rallado, con su piel.
-125 ml de aceite de girasol.
-250 gr de harina.
-150 gr de azúcar.
-1 punta de cuchara de café de bicarbonato sódico.
-50 gr de cacao puro en polvo (tipo Valor) ó 80 gr de chocolate negro sin azúcar, fundido.
-1 punta de cuchara de café de vainilla .
-1 pizca de sal.
-Azúcar glas para servir (opcional)

Primero forramos un molde apto para horno con papel de hornear, insistiendo bien en las juntas y esquinas para que quede bien forrado. Recortamos el papel sobrante.

Mezclamos todos los ingredientes en un bol. Quedará una masa líquida y grumosa. Vertemos en el molde forrado.




Horneamos a 180ºC unos 2o minutos (si hemos utilizado cacao en polvo) o 30-35 minutos (si hemos utilizado chocolate en tableta). Cuando esté cocido presentará un aspecto cuarteado y al pinchar con un punzón éste saldrá limpio.

Cuando esté frío, espolvoreamos con azúcar glas y servimos.





Queda un pastel muy muy jugoso y diferente.





Espero que os haya gustado, ¡a mí desde luego sí!

¡Abrazos mabeleros!
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PAN DE CALABACÍN Y ALBAHACA... jugoso y aromático.


¡Feliz lunes a tod@s!

¿Qué hacer cuando nos regalan calabacines, éstos son enormes y por tanto no muy tiernos, y encima sólo somos dos para consumirlos?




Mi sobrino, que tiene 9 años (sí, habéis leído bien, 9 años) tiene su propio huerto. Sí, sí, pero es algo absolutamente normal porque sus padres son agricultores ambos. Lo que no es tan normal es que tenga tomates valencianos y cherry, calabacines, berenjenas, pimientos, girasoles, melones, sandías y no recuerdo qué más.

Pero claro, aunque es muy aplicado, los calabacines no los vio a tiempo, y cuando me enseñó el huerto hace dos semanas como que pesarían cada uno cerca de un kilo...




Me dio tres. Uno yo lo regalé a su vez, otro lo transformé en crema de calabacín para 8 personas (tengo el congelador surtido), y el tercero se gastó en dos recetas: una dulce y otra salada. Hoy os enseño ésta última.





Tenía guardada esta receta, ya que me gustó desde que la vi. Me acordé de ella nada más ver los calabacines, jajaja. 

El resultado es un pan tierno, jugoso y muy sabroso. Como me salieron dos panes, el más pequeño lo congelé para mejor ocasión, y el grande lo convertí en gruesas rebanadas, congelándolas también de dos en dos. A mi chico NO le gusta el pan casero (???), así que lo reservo para la menda lerenda, mira tú...





Queda muy bien descongelado: no pierde nada de humedad. Así que estoy segura que repetiré esta receta en fechas venideras.

Tiempo: 20 min. para preparar la masa, 2 horas para el levado, 45 min. de horneado.

Ingredientes (salen 2 panes):

-350/400 gr de calabacín hecho puré, con su piel.
-1 puñado de albahaca fresca.
-1 vasito de café de AOVE.
-2 cucharaditas de café de sal.
-1 pastilla de levadura fresca.
-80 ml de agua templada.
-la harina que admita (yo usé casi 1kg)

Primero desleímos la levadura en el agua con un poco de harina. Mezclamos bien y dejamos activar la levadura. Mientras, machacamos en el mortero la albahaca y mezclamos bien con el aceite.

Cuando la levadura espumee (unos 10 min), añadimos el calabacín, el aceite con la albahaca, la sal y vamos añadiendo harina hasta que la masa no se pegue a los dedos. Amasamos bien y dejamos fermentar en un bol tapado con un paño a temperatura ambiente.

En invierno tarda más, quizás unas tres horas, pero ahora puede que en una hora ya tengamos la masa fermentada. Tiene que duplicar su volumen.

Volvemos a amasar para desgasificarla, untándonos bien las manos de harina previamente y añadiendo la harina que necesite. Ha de quedar una masa húmeda que se pegue apenas a las manos. 

Encendemos el horno a 200º C. Pincelamos de aceite dos moldes y vertemos la masa. No hay que llenar más de la mitad, ya que ésta crece mucho. Pintamos los panes con un pincel mojado en agua.

Horneamos 45 min o el tiempo necesario hasta que se forme una corteza dorada. Una vez horneado, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla, para que pierda toda la humedad.



Este pan hay que dejarlo enfriar totalmente. Recién sacado del horno parece duro, pero una vez enfriado queda increíblemente tierno y jugoso, con una textura como de molde pero con la miga mucho más densa.


Espero que os haya gustado y os animéis a prepararlo. ¡Hacer pan engancha!

¡Abrazos mabeleros!
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CRÓNICA DE MI PRIMERA QUEDADA BLOGUERIL.

Hoy no hay receta.

Hoy hay crónica de una quedada, de la primera a la que asisto después de dos intentos fallidos. La primera por novata no me apunté a tiempo, y la segunda porque me pilló en pleno viaje a Andalucía este pasado febrero.


Eva fue la organizadora. Nos envió una invitación a través del Face al grupo que ella creó y al que pertenezco. Iba a ser una quedada en petit comité, y finalmente acudimos trece blogueras y un bloguero. Valiente Fer, fue el único hombre que se atrevió a venir.

Llegué la primera, ya que aproveché para visitar algunos amigos que tienen negocios por la zona, y no tengo muchas oportunidades de verles. Nerviosa como una niña, en esta foto se me aprecia el entusiasmo desbordado:



Poco a poco fueron llegando. Menos mal, de lo contrario me da un patatús...




Mila llegó como un terremoto, derrochando simpatía y con su reluciente casco rosa del brazo. ¡Esta niña es un auténtico torbellino de energía! Ella fue la encargada de buscar el local. Fue la única que pensó en traer algún dulce handmade para el café, jajaja... ¡la próxima vez no cometo el mismo error! Nos deleitó con unos preciosos merenguitos de café, uhmmm...


Conocí por fin personalmente a Marisa, que era la única con quien tenía relación y a quien ya conocía porque he participado en casi todos sus retos BBSS y en su concurso de panes del l'horta.


¡Lo pasamos genial! El día 5 de julio, a las 12'30 hora peninsular habíamos quedado bajo el reloj de la fachada principal de la Estación del Norte, en Valencia. Un sol de justicia, abrasador, casi consigue licuarnos literalmente... ¡qué calor hacía, por Diosss!




Primera parada: Ubik café. Un local muy fotogénico en pleno barrio de Russafa, donde compartimos unos refrescos sentados en antiguos pupitres y rodeados de libros.

El día iba pasando. Llegada la hora, pusimos rumbo hacia El Rodamón de Russafa, restaurante donde habíamos hecho la reserva. Local fresco, decorado en blanco y negro, con un servicio amable... y ¡bien refrigerado! jajaja





La comida fue una fiesta. Complicidad a tope, parecía que nos conocíamos de toda la vida...







Cuando llegó la hora de los cafés, decidimos poner rumbo a otro lugar, para alargar la fiesta en lo posible. Fuimos a una heladería en  la avenida Antiguo Reino, donde tuvimos que cambiar la terraza por el interior debido a la bochornosa tarde que hacía. 

Aprendí mucho de tod@s. Conversando, intercambiando puntos de vista y conocimientos... lo que más me sorprendió es que estamos tan cerca y no conocía a casi nadie... ¡y eso que Maite es de mi zona, de mi querida Catarroja!

Mi tren salía a las 19'00, y tuve que dejar el grupo a las 18'20. No fui la primera en marchar, pero me dolió no poder quedarme hasta última hora.

Lo más bonito fue que sólo pensábamos en la próxima... ¡sí, quiero quedada de nuevo! Gracias chicas y chico, lo pasé genial y fue maravilloso conoceros.

Aquí sí están todos los que son:



Beatriz, Bocados Divinos
Cristina, Mi tía María
Marisa, Thermofan y Recetas BBSS
Y yo.

Abrazos de una bloguera aún más motivada.
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Salmorejo Cordobés... ¡empieza la temporada tomatera!

¡Hola amores!


Os confieso que esta receta la preparé nada más llegar de Andalucía, a primeros de marzo. Pero como hacía bastante frío, y el salmorejo fuera de su hábitat necesita un entorno caluroso, pues como que no hizo mucha gracia en casa.






Pero, ¡ay!, después del frío llega el calor. ¡Y vaya si llega! y con él la primera cosecha de tomates. Este año es el primero que plantamos tomates de pera, pero el que sabe sabe, y esta primera muestra está sabrosísima, muy dulce. Ni que decir tiene que no quedó ni el cebollino...


La receta original demanda un tipo de pan local que yo, desde luego, no he utilizado. He puesto media barra de pan de pueblo de mi horno habitual, del día anterior, aún tierna. Con estas cantidades salen dos o tres raciones, en mi caso dos justitas, tragaldabas que es una...

Os aconsejo utilizar tomates bien maduros, con el color subido pero no blandos. Y para acompañar, unas tiritas de jamón y un huevo duro rallado. Claro que también está muy rico con unos picatostes, unas virutas de queso o simplemente sólo.





Importante tomarlo bien fresquito. Esto es obvio, pero por si las moscas.


Yo le añado un diente de ajo bien grande, porque nos encanta. Pero no lo necesita, así que si no gusta u os repite no se lo pongáis. Además ha de quedar una cremita espesa y fina. Ni gota de agua, a diferencia del gazpacho. El topping tiene que poder flotar encima.






INGREDIENTES (para dos o tres raciones):


-12 tomates de pera, del tamaño de un huevo.

-1/2 barra de pan, del día anterior pero no dura.
-150 cl de aceite de oliva virgen extra.
-1 diente de ajo (opcional).
-sal.
-virutas de jamón, huevo duro, queso o picatostes para adornar.

Ponemos una cacerola con un litro de agua a hervir. Damos un tajo a la piel de los tomates y los escaldamos unos segundos. Sacamos inmediatamente. Los pelamos y partimos en dos, depositándolos en un tupper.


Añadimos el pan a trocitos, roto con las manos, y el aceite. Salamos y añadimos el diente de ajo troceado. Metemos el brazo de la batidora y trituramos a conciencia. Ha de quedar bien fino.


Llevamos al frigo bien tapado al menos tres horas. Para servir, ponemos en cuencos o platos hondos y adornamos con el topping a nuestro gusto. Yo he usado jamón de Trévelez, huevo duro rallado y cebollino.






¿Se os ocurre un primero más sencillo y apetitoso?


¡Abrazos mabeleros!


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Mi Ensalada Campera.

Hola amores.

El mes de julio ha llegado por fin. Con él, los calores sofocantes propios de esta época. Y también con él han llegado las ensaladas y los platos fríos.


La ensalada campera o ensalada de patata es un plato muy socorrido en estas fechas. Variable y adaptable a todos los gustos y bolsillos, tomando como base unos ingredientes básicos. He investigado largo y tendido, y parece ser que los protagonistas de este plato vienen a ser las patatas, guisantes (frescos a ser posible), tomates, pimientos rojo y/o verde, atún desmenuzado, cebolla y el huevo duro. Según las zonas y gustos algún ingrediente varía, pero ésta es más o menos la receta principal.


Yo os propongo la mía. Sencilla a más no poder, y dado que guisantes no he encontrado, que si no los habría puesto sin duda, esta versión es la que más me gusta.






Hablando de otras cosas, tengo que deciros que estoy doblemente contenta. Este sábado asistiré a mi primera quedada bloguera, ¡y no os imagináis las ganas que tengo de conoceros personalmente a todos! Prometo post con pelos y señales (bueno, lo que me dejen, jejeje). Y por segunda parte porque este mismo sábado se publica una pequeña y emotiva entrevista que me han hecho.


No os podéis imaginar la ilusión que me dio cuando Sandra de 1001 tardes se puso en contacto conmigo. Que se fijaran en mi humilde rinconcito, sin fijarse en la importancia o la repercusión que pueda o no tener, ha sido muy emocionante, y me siento muy agradecida. El mismo sábado publicaré un post con el enlace, para que todos podáis verlo.


Y volviendo a la receta, os diré que he empleado tomate de pera de mi cosecha, recién recolectado y aún caliente por el sol; cebollitas que me regaló un vecino de mi suegro de su huerto, aún llenas de tierra; y el mejor surimi que encontré en el súper. El único secreto de una buena ensalada es la calidad de sus ingredientes, ¿o no? 






Ingredientes (para dos personas):


-5 patatitas nuevas del tamaño de un huevo, hervidas con su piel y frías.

-1 huevo duro, extragrande.
-1 cebolla pequeñita, del tamaño de una pelota de golf, bien lavada.
-un puñado de guisantes, crudos o bien al vapor, si los encontráis.
-5 varitas de surimi (yo de Pescanova).
-1 tomate de pera, bien grande y rojo.
-unas ramitas de cebollino.
-aceite de oliva virgen extra y sal.

Ponemos las patatas, bien peladas y cortadas en dados, en un recipiente que no sea metálico (altera el sabor de la patata). Añadimos las varitas de surimi troceadas, el tomate en daditos, la cebolla en brunoise, y el cebollino en trocitos y aliñamos con un buen chorro de aceite y un poco de sal. Cubrimos bien y llevamos a la nevera al menos tres horas.


En el momento de servir, decoramos con el huevo duro en rodajas y unos ramitos de cebollino. Es importante sacarlo unos diez minutos antes de degustar del frío para que la patata se atempere y disfrutemos de los sabores.


Espero que os haya gustado mi versión, sencilla a más no poder.


¡Abrazos mabeleros!
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