Pero tienes que comer, no queda otra.
Es en ese momento cuando, como esperando un milagro caído del cielo, empiezas a rebuscar en el congelador, por si acaso se te ocurrió preparar algo en cantidad desmedida y congelaste lo que te sobró en porciones. ¿No os pasa eso?
Pues a mi sí. Normalmente sólo lo hago con algunos bizcochos, de hecho tengo cuatro raciones de bizcocho vegano de plátano y chocolate (el último publicado), para momentos de ansia viva, en el congelador. Pero esta vez quería algo salado, que me solucionase cuanto menos una cena. Y apareció. Apareció una berenjena asada, en dos mitades, con su piel y todo, esperando un final feliz.
Este verano, mi cuñada me regaló una bolsa de berenjenas. Hice de todo con ellas, hasta que viéndome incapaz de darles salida a todas, asé como media docena cortadas por la mitad, y las congelé. Fueron saliendo por turnos, pero se me había olvidado la última, rezagada y oculta entre una bolsa de maíz congelado y otra de guisantes. Pero allí seguía. Y recordé un libro de cocina vegana, Green, Chic & Gourmet, de una neoyorkina con bastante buen acierto al combinar alimentos. Y este paté estaba allí.
Está delicioso. Vosotros os estaréis preguntando si me he vuelto vegana; pues no. Sigo comiendo de todo, lo que pasa es que los vegetales forman parte importante de mi pirámide alimenticia, y últimamente no tomo carnes rojas. Y si no comparto más recetas con carne o pescado, es porque suelo tomarlos para cenar, y las fotos no salen muy bien paradas. Pero vamos, que aquí se come de todo, eso sí, lo más saludable posible y sin florituras, y todo preparado en casa. Faltaría más.
Os aseguro que como más rico está este paté, es combinado con queso crema tipo Philadelphia. Una vez hecho, consumirlo en dos días máximo, porque se oxida con rapidez. Eso sí, la noche de reposo en la nevera una vez hecho, le sienta fenomenal.
Tiempo: 5 minutos (si la berenjena está asada, si no lo que tarde en hacerse ésta) + unas horas de nevera.
Ingredientes (para una tarrina de 250 ml):
- 1 berenjena pequeña, asada y desprovista de la piel.
- 25 aceitunas negras deshuesadas, bien escurridas.
- 1 chorro generoso de aove.
- 2 dientes de ajo.
- 1 cucharadita de café de perejil picado.
- sal al gusto.
Preparación:
Ponemos en el procesador de alimentos todos los ingredientes, trituramos hasta que quede una pasta homogénea. Rectificamos de sal y/o aove al gusto.
Llevamos a un recipiente que se pueda tapar herméticamente, y dejamos unas horas (mejor toda la noche), en la nevera.
Listo. Como he dicho antes, delicioso en tostadas combinado con queso crema.
Otro paté sin remordimientos para el recetario. ¡Nos vemos en la próxima receta!
Mabel.
¡Ay esas fotos nocturnas...! La vida de blogger es tremendamente dura ja ja ja
ResponderEliminarMi marido dice muchos días que nos vamos a volver vegetarianos (él no distingue más allá) porque tiro mucho de verduras, pero ¿qué quieres que te diga? a mí el cuerpo no me pide carne con tanta frecuencia, y ahí nos tienes batallando ja ja ja
Me encanta este paté. En mi congelador hay poco que rascar porque es el del frigorífico y son tres míseros cajones, pero cuando te encuentras algo que se te había olvidado y te soluciona una comida o cena ¡menuda alegría! ¡Besos mil!