Ensalada Sueca de Pollo Y Grosellas (Kycklingsallad med Raörda Vinbär).

Kycklingsallad med raörda vinbär. Ahí queda eso. Líbreme Dios de tener que pronunciar ese nombre muy a menudo. Pero si obviamos este detalle, esta ensalada ya os digo yo que más rica no puede estar. Y pensar que todo empezó con un filete de pechuga empanada que me sobró la otra noche...

... y este plato supera con creces al primero para el que fue destinado el triste filete.


¿A quién no le sobra algún filete de pechuga en la cena, ese pobre que se queda al final del plato y nadie quiere zamparse? O mejor aún, ¿a quién no le sobra parte de la pechuga de un pollo a l'ast, porque todos la encuentran algo seca? Pues para mi esto no suele ser un problema, porque normalmente yo me maquinaba una deliciosa ensalada César, que os enseñé aquí, o bien una con paraguayos o melocotones cuando es temporada, como ésta otra. Pero claro, estos oscuros y laberínticos pasadizos que nos trama el señor Google a veces nos llevan a destinos insospechados. Como éste por ejemplo. Una página de cocina sueca para ingleses, en la que he encontrado algunas joyitas, entre ellas esta ensalada que no puede ser más colorida ni deliciosa.

Las grosellas las había comprado para acompañar el pastel de chocolate a la taza (post anterior), pero no las había consumido y necesitaban un destino concreto. Resulta que en este blog de cocina sueca, nos cuentan cómo preservaban las grosellas por aquellas tierras para tener asegurada una fuente de vitamina C durante algunas semanas. Y yo he comprobado que la textura que les queda a las grosellas una vez están bien curadas en el azúcar es perfecta para una ensalada: su sabor entre agridulce por dentro y dulce por fuera casa perfectamente con verduras amargas, como puede ser el apio o el repollo. Aquí me ha encantado combinarla con un aderezo sencillo de cilantro fresco.

Este método de conservación no difiere demasiado de las mermeladas: utiliza básicamente el azúcar como conservante de la fruta. Aquí es necesario guardar la fruta preservada en la nevera, allí supongo que antaño eso no sería necesario.La traducción viene a decir algo así como "grosellas agitadas", porque esa es básicamente la elaboración de la receta: grosellas, azúcar y agitar.

Como he aprovechado la pechuga empanada y he recolocado las grosellas que me sobraron, esta ensalada se va directa al reto de mi querida Marisa: 1+- 100: desperdicio 0.

Tiempo: 10 min + 1 día de reposo para las grosellas.

Ingredientes (para 2 raciones):

• 2 filetes de pollo empanado, o de restos de pollo asado, cortados en tiras.
• un puñado de lechuga romana, cortada en tiras.
• 1 tomate valenciano maduro, cortado en cuadraditos.
• 4 cucharadas de grosellas preservadas.
• unas hojas de cilantro fresco.
• aceite de oliva virgen extra y sal.

Para las grosellas preservadas:

• 100 gr de grosellas frescas.
• 50 gr de azúcar moreno integral o panela.

Preparación:

De las grosellas:

El día de antes, ponemos en un frasco hermético la fruta bien limpia y seca junto al azúcar. Cerramos el bote y agitamos cada dos o tres horas un par de veces. Conservamos en la nevera. A partir de las tres horas o así empezará a crearse un almíbar ligero que cubrirá la fruta. No removemos la fruta o se reventará. Dejamos dentro del frasco hasta que vayamos a utilizarla. Se conserva unas tres semanas guardada en la nevera.

De la ensalada:

Disponemos en dos platos la lechuga, el pollo, el tomate y dos cucharadas de grosellas en cada uno. Picamos muy fino el cilantro y lo mezclamos en un pequeño bol con un buen chorro de aceite y regamos las ensaladas con la mezcla. Salamos al gusto y servimos.

Sencilla a más no poder, y deliciosa. Servir con un buen pan integral.

Mabel.