Petit Suisse de Limón.

Quién me iba a decir a mi que iba a acabar haciendo Petit Suisse...

yo, que estaba eliminando poco a poco la leche de vaca de mi dieta.


Pues resulta que no sólo no me sienta mal como yo pensaba, sino que la necesito. Sí, como suena. O al menos, eso me ha dicho mi doctora. Lo que no quita para que siga alternándola con mi adorada leche de avena porque me sienta fenomenal y me llena de energía. La de vaca, normalmente la uso más bien para elaborar repostería. Y así va a seguir. Lo único que voy a tener que hacer repostería y/o postres lácteos más a menudo.

Y, además, imaginaos que cara se te queda cuando te dicen que tienes déficit de vitamina D, ¿y cual es el motivo? La falta de exposición a la luz solar. Así, como suena. Vamos, que los meses de invierno que he pasado trabajando bajo techo me están pasando factura. Y menos mal que me dio por hacerme análisis, porque síntomas no tengo, pero según mi facultativa, no tardarían en aparecer.

Yo lo tengo claro: mi afición a las Canarias y a cualquier playa en general tenían su explicación: necesito luz. Mucha. Y no sólo a nivel anímico, sino a nivel físico también. Mi cuerpo me lo pide. De forma que ahora sin excusa, las caminatas diarias son obligatorias, vamos como el pan nuestro de cada día. Se acabó el pasar mi trimestre de descanso frente al ordenador y encerrada en casa, de ninguna manera.

Y volviendo al tema de los lácteos, descubrí que Cocinando Sabores había retado al resto de seguidoras a preparar Petit Suisse caseros este mes. En mi casa no son bien recibidos, ya lo sabéis (por aquello del queso, ni padre ni hijo lo soportan), pero como a mí no me importa repetir postre unos días, pues a ello me he puesto, faltaría más.

Porque sí, me encanta el Petit Suisse. Y, para cambiar un poco del clásico de chocolate o fresa (que caerán seguro), los he hecho de limón. Rebusqué un poco, y aquí encontré la versión que más me ha gustado (si tenéis Thermomix es perfecta, yo la he adaptado al método tradicional), y además no salen una barbaridad de raciones (sólo seis), lo que me facilitará el deshacerme de ellas en un tiempo razonable.

No os mareo más, son muy cremosos y están deliciosos, os doy la receta. Y por cierto, ya tengo báscula, que la necesitaréis para hacer estos vasitos.

Tiempo: 15 min + mínimo 4 horas de reposo en frío.

Ingredientes (para 6 vasitos de 120 ml):

• 125 ml de agua.
• 125 ml de leche entera.
• 100 ml de nata 18% mg.
• 200 gr de queso crema (yo he usado uno de la marca Arla, con 18 % mg).
• 35 gr de gelatina sabor limón (yo de Consum, que es sin gluten).
• 35 gr de azúcar.

Preparación:

En una olla de fondo grueso, ponemos el agua y la gelatina a fuego bajo. No dejamos en ningún momento de batir con unas varillas metálicas, ya que es necesario que la gelatina quede muy bien disuelta para que no queden molestas bolitas una vez solidificado el postre.

Tenemos un par de minutos de esta guisa, siempre a fuego bajo, y vamos añadiendo por este orden: el queso, la nata, la leche y el azúcar, no añadiendo un ingrediente hasta que no esté disuelto el primero.

Un par de vueltas más una vez añadido el azúcar y retiramos del fuego. Llenamos 6 recipientes tipo yogur (120 ml), y dejamos templar. Una vez estén tibios al tacto, tapamos y llevamos al frigo.

Durarán (si duran tanto), unos cuatro días en la nevera. Cada día más ricos que el anterior.

¡Me voy corriendo a ver las demás propuestas!

Mabel.