Ahora, la cosa se complica cuando no quieres (o no puedes) utilizar huevos ni leche. Y aquí me refiero sobre todo a los alérgicos o con problemas digestivos.
En mi caso es por salud. La leche de vaca la tomo de forma muy puntual y sólo en postres. Los huevos, me parece que tomamos una cantidad excesiva disfrazada de bollería y dulces. No es que no tome huevos, pero prefiero tomarlos en un plato salado y controlando las cantidades. Así que mis postres normalmente, son veganos ahora.
La culpa la tiene en parte mi nivel de colesterol bueno, que según mis facultativos (el del trabajo y el personal, que me coincidieron las dos analíticas periódicas), está en niveles razonables pero un poco alto, vamos que me controle. Y yo, golosa por naturaleza y con ese ansia infinita por probarlo todo, pues tengo que poner de mi parte. Y no, no voy a renunciar al postre. Faltaría más.
La receta es de HazteVeg, y básicamente la he hecho igual. Además, me pareció una estupenda forma de ir utilizando la vainilla que me traje de México. Y el caramelo es casero, como siempre. Lo único que hay que tener en cuenta, que necesita algunas horas de reposo en la nevera para que se asiente. Al día siguiente, está perfecto.
Tiempo: 10 min + 10 horas de reposo en la nevera.
Ingredientes (para 4-5 raciones):
- 600 ml de leche de soja (o cualquier otra que sea vegetal).
- 1 sobrecito de agar-agar (usé el de Royal).
- 1 pizca de cúrcuma (iremos viendo cuanta necesitas, es para dar color a nuestro flan).
- 6 cucharadas soperas de azúcar (mejor integral o panela).
- 1 cucharadita de postre de esencia de vainilla.
- un chorrito de zumo de limón, para el caramelo.
Preparación:
En un bol apto para el microondas, ponemos 4 cucharadas de azúcar y un chorrito de limón. Vamos poniendo en marcha, a potencia máxima, en intervalos de 30 seg, hasta que el azúcar empiece a tomar color. En ese momento, lo sacamos y repartimos en los moldes. Al enfriar se solidificará, es normal.
En un cazo, ponemos a calentar 500 de los 600ml de la leche, reservando los otros 100, junto a las dos cucharadas de azúcar restantes y la vainilla. Aparte, mezclamos en frío el agar-agar con el resto de la leche.
A la leche del cazo, vamos añadiendo cúrcuma a pellizquitos, sin parar de remover tras cada añadido, hasta que quede con un color que nos guste. Cuidado, porque si nos pasamos quedará con un color muy intenso y nada apetecible, y la cúrcuma tiene sabor. Mejor ir poco a poco, yo con tres pellizquitos tuve suficiente.
Cuando empiece a calentarse mucho la leche del cazo, añadimos la mezcla de agar-agar, moviendo vigorosamente con unas varillas, para que se integre y no queden grumos.
Llevamos la mezcla a ebullición, mantenemos ésta un par de minutos y vertemos enseguida la mezcla en los moldes. Dejamos templar y después llevamos, bien tapados, a la nevera hasta el momento de consumir.
¡Listo! Más fácil, resultón y rico, imposible
¡Nos vemos pronto!
No hay comentarios