¡Me encanta el guacamole!
Sí, por fin han llegado los tomates. Aún no está la cosecha a punto, pero ya empiezan a verse algunos adelantados, y nos estamos poniendo las botas. No hay color cuando comes un tomate que no ha pasado por el frío, que tiene apenas unas horas desde que fue cosechado, y sobre todo cuando su sabor es tan rico que no necesita siquiera ser aliñado.
En este caso, tenía antojo de guacamole. Caí en la cuenta de que no tengo la receta en el blog, y el resto vino sólo. Atención puristas: es mi versión de esta salsa. Es como me gusta a mí y como la hago yo en casa. No me crucifiquéis.
Como no tengo horno, y encima ahora con el calor no me lo voy a comprar, tuve que tirar de ingenio. Estas pizzas son más falsas que una moneda con dos caras, y no van a ser las primeras que publique. Cómo me he comprado una plancha eléctrica y estoy exprimiéndola, se me ocurrió que el pan de pita podía quedar bien asado en ella. Y me puse manos a la obra.
No es que en casa haya intolerantes a la lactosa, lo que sí hay es intolerantes al queso. Así que para terminar de redondear mi trampantojo, decidí sustituir el queso rallado por unos anacardos picados... y me ha quedado, sin buscarlo, un plato vegano sencillo y delicioso. Claro que siempre le podéis añadir unas lonchitas de jamón serrano bien finas, sobre el guacamole y bajo el tomate, reduciendo en este caso la cantidad de salsa... para la próxima.
Ingredientes (para 4 personas):
Para el guacamole:
-1 aguacate grande, en su punto de madurez, blandito pero no pasado.
-la cuarta parte de tomate que de guacamole (vamos, eso lo medís a ojo).
-3 dientes de ajo grandes.
-aceite de oliva virgen extra.
-zumo de limón y sal.
Troceamos el tomate pequeñito. Lo ponemos en el vaso del procesador de alimentos (podéis usar la batidora si no tenéis), y añadimos la pulpa del aguacate. Echamos un chorro de aceite de oliva (al gusto, pero unas dos cucharadas soperas es suficiente) y un chorro de zumo de limón. Trituramos y rectificamos de sal, de limón y de aceite a nuestro gusto.
Si no lo vais a utilizar enseguida, ponedlo en un tupper pequeño con el hueso del aguacate en el interior, ayuda a frenar la oxidación y os aguantará un par de días en la nevera.
Para la picada:
-un puñadito de anacardos.
-una cucharadita de gomasio.
Trituramos en el mortero. Reservamos.
Para las pizzas:
-1 pan de pita por persona.
-Rodajas de tomate, partidas por la mitad.
-albahaca fresca, para decorar.
Preparación:
Encendemos la plancha (o una sartén grande) y la engrasamos ligeramete. Asamos los panes de pita unos tres minutos por cada lado. Retiramos y dejamos templar.
Con ayuda de unas tijeras, abrimos los panes en dos discos y los utilizamos de base. Ponemos una capa de guacamole, una de rodajas de tomate y coronamos con la picada. Servimos.
Si queremos tomarlo templado, las colocamos una vez montadas un minuto sobre la plancha caliente, servimos enseguida.
Un entrante sencillo y delicioso, si servimos sólo una. Yo, me comí estas tres y me quedé tan ancha...
Mabel.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pues serán todo lo falsas que quieras, pero a mí me puedes mandar una por teletupper que no me quejaré!!!
ResponderEliminarJajja el próximo día que las haga llamo a los de Justeat!!! Estaban muy ricas!!!
EliminarHola preciosa. Con lo que me gusta el guacamole, me parece ideal utilizarlo en estas falsas pizzas. No veas lo bonitas y ricas que deben estar.
ResponderEliminarMe encanta la idea.
Yo no podría vivir sin horno, pero ya veo que tú te las apañas ingeniando y el resultado es de 10.
Besos.
No será definitivo, yo tampoco me resigno a vivir sin él, pero hay que adaptarse a las nuevas situaciones, jejeje. Además, así me evito dulces que no me hacen falta alguna y vamos probando cosas nuevas.
EliminarLo repondré antes de acabar el verano, mis moldes de bundt me ponen ojitos y le he echado el ojo a otro, bueno en realidad lo quiero desde que lo sacaron, tiempo al tiempo.
Un beso y gracias, Marisa!!