Porque si es así, estaréis de acuerdo conmigo que no es conveniente tomarlas muy a menudo, por aquello de las calorías.
Si algo he sacado de positivo esta cuarentena, es que he tenido que empezar a plantearme la ingesta calórica diaria. Yo nunca he sido de contar calorías, pero la falta de desgaste físico me ha pasado factura, y sí, subía a la terraza casi a diario a hacer un minimo de 4000 pasos diarios, pero para una persona que no se puede estar mucho tiempo quieta, era insuficiente.
Tenía unas ganas locas de haces cheesecake. Me pirra esta receta, que hice por mi santo el año pasado y que es la madre de todos los cheesecakes: la receta oringinal neoyorkina, (bueno, más o menos). Peeero es muy calórica, y este momento no era el mejor para hacerla, ya que necesita de varios comensales para no caer en los pecados de la gula y la lujuria cheesecakera.
Así que ahí andaba yo, buscando una receta ligera para poder satisfacer mi antojo. Y tras investigar un poco, y experimentar otro tanto, salió esta maravilla. Porque sí, os digo que es una maravilla super ligera, nada dulce (pero nada, que la probé recién hecha y casi la tiro a la basura, pero le di un voto de confianza), pero que con un día de reposo en la nevera, se obra el milagro y queda una tarta esponjosa, casi una mousse, fresca y con un delicioso gustillo a limón.
Os cuento: la receta llevaba un poco de Maicena, pero yo no tenía en ese momento y quería hacer ya la receta, así que encontré un resto de Tapioca, y me dije "tal vez funcione". Me puse con ello, y además a última hora, casi antes de ponerme a cocinar, vi una versión de Fit Happy Sisters, en la que sustituyen la mantequilla para la base por mantequilla de cacahuete. Me lié la manta al cuello y creé mi propia versión: y ha pasado la prueba con creces.
Si alguien se aventura, tened paciencia. NO la probéis después del horneado hasta que no haya pasado una noche entera en la nevera, hacedme caso. Y aunque no te guste el sabor de la stevia, no la descartes: con el reposo todos los sabores se asientan y el resultado es genial.
Tiempo: 45 min + un día de reposo en la nevera.
Ingredientes (para unas 8 raciones):
Para la base:
- 100 gr de galletas sin azúcar (mejor tipo María).
- 2 cucharadas soperas generosas de mantequilla de cacahuete.
Para el relleno:
- 450 gr de queso batido 0%.
- 2 yogures naturales 0% sin edulcorar.
- 1 huevo entero.
- 2 claras de huevo.
- 1 cucharada de postre de stevia líquida.
- 2 cucharadas soperas de Tapioca.
- Ralladura de limón. Yo le he puesto como una cucharada sopera.
Para la cobertura:
- Fresas, las necesarias para obtener 200 ml de puré.
- 2 cucharadas de postre de semillas de chía.
- Algunas fresas más para decorar.
Preparación:
El día de antes, mezclamos el puré de fresas con las semillas de chía. Ponemos en un recipiente bien tapado y llevamos a la nevera hasta el día siguiente.
El día 1: trituramos las galletas en un robot, o metiéndolas en una bolsa y pasando un rodillo por encima. Las reducimos a polvo y las mezclamos con la mantequilla de cacahuete.
Forramos la base de un molde desmontable con papel de horno. Repartimos la mezcla de galletas, presionando bien e intentando que queden bien cubierta la junta de unión de la base y los laterales, para impedir que haya fuga del relleno. Llevamos al congelador mientras preparamos el relleno.
Encendemos el horno a 200c.
En un robot de cocina, o en un bol hondo, ponemos todos los ingredientes del relleno y trituramos hasta que quede muy bien mezclado todo. Si no tenemos robot, lo hacemos con la minipimer.
Engramos ligeramente los laterales del monde con la base de galleta. Vertemos la mezcla sobre la base de galleta, aplanamos bien y llevamos al horno unos 30 min. Pasado este tiempo, comprobamos que está cuajado pinchando el centro con una brocheta, que tiene que salir limpia. A mi me tardó 35 min.
Sacamos del horno una vez cuajado. Dejamos temperar unos minutos y vertemos la mermelada de fresa que hicimos anteriormente, extendiéndola con una lengua de silicona. Dejamos enfriar y la llevamos a la nevera hasta el día siguiente.
Trucos:
*Se puede sustituir la mantequilla de cacahuete por margarina.
*Se puede sustituir la tapioca por maicena, la textura será diferente pero rica igualmente.
*Se puede sustituir la stevia por edulcorante.
Los demás ingredientes no se pueden sustituir, o sí pero será una receta diferente. Así como la he hecho yo queda deliciosa y super super ligera.
¡Hasta la próxima receta!
Mabel.
Mabel, ya te dije que parece hecha para mí. Suelo tener ese queso batido en casa, sólo en el principio de la cuarentena, no hubo unos días, pero no hubiera imaginado que sirviera para hacer una tarta tan rica. Como me dijiste, puedo adaptarla, pero solamente el cacahuete y el edulcorante. Espero poder hacerla, pero tengo que descansar de azúcar de abedul, no lo he probado en dos meses y veo que me siento mejor sin él y no veas, ni azúcar, ni edulcorante... Las magdalenas las he congelado, porque si las tengo a mano, detrás de una va otra y el estómago me avisa de que no debo.
ResponderEliminarMe la guardo.
Besos y cuidaos.
Yo antes era adicta al queso 0% y no sé porqué dejé ese hábito. Se pueden hacer cosas muy ricas y ligeras con él. Y te entiendo, yo he dejado de cocinar dulce hace días porque al final sólo me lo comía yo.
EliminarEsta receta me ha gustado porque puedo permitirme un pequeño atracón sin demasiada culpabilidad. Y magdalenas, qué ricas, ya las haremos más adelante. Ahora estoy con un bizcocho que, si todo sale bien, irá a tu proyecto.
Guarda esta receta para cuando puedas, no es nada nada dulce ni empalagosa, y sorprende que quede bien con tan poco.
Besos y gracias por venir siempre hasta aquí.
Mabel yo me apunto la receta encantada. Todo lo que hago de tu cocina nos flipa así que una más para las pendientes.
ResponderEliminarÁnimo, que poco a poco vamos haciendo alguna que otra salida, aunque la gente se lo está tomando a despiporre y veremos cómo estamos en junio
¡Besos mil!