Y si son caseros, tanto mejor. Aunque los que os traigo hoy sí que llevan azúcar, en contra a lo que os tengo acostumbrados.
Creo que no hay nada más refrescante que un polo de limón de los de hielo de toda la vida. Recuerdo de pequeñita, que eran los que solían comprar en casa: los de naranja y los de limón que comercializaba una casa de helados de la terreta (ya extinta). De esos no había problema en pedirlos: no solían fallar en los calurosos días de verano cuando veraneaba con mi tía y mi abuela. Ahora los podemos encontrar casi de cualquier marca, ya sea blanca o no, pero antes casi siempre eran de Avidesa, aquella fábrica de helados con sede en Alcira, que fundó Luis Suñer y que marcó los veranos de los de mi generación. Después llegarían Frigo, La Menorquina y otras. Pero Avidesa y sus Apolos, Almendrados y polos de hielo marcaron mis estíos.
Os vengo a contar este rollo porque hace algunas semanas fui a visitar a mi amiga a Sagunto. El limonero de su padre estaba llenito de limones, pero estos apenas eran mayores que cerezas. Y se indignó de que quisiera llevarme una bolsa. Pero insistí, y le dije que con aquellos minilimones se podría hacer algo, como limonada o incluso aromatizar algún licor. Y me dejó coger mi bolsa.
Ni corta ni perezosa, al llegar a casa cogí medio litro de ron blanco, un par de ramas de canela, un cuarto de volumen de azúcar que de ron, unas ramas de hierbabuena y un buen puñado de limoncitos bien lavados y cortados por la mitad y los puse en un tarro, bien tapado y a oscuras, durante un par de meses.
La pasada semana, colé el licor y lo envasé en una botella de cristal. Comprobé que había quedado muy rico, y enseguida me vinieron los polos de limón a la mente. Rebuscando un poquito, en la web del limoncello de Villa Massa, encontré lo que buscaba y me puse manos a la obra.
Un par de cosas: los polos están tremendos. Tre-men-dos. Pero, si hacemos caso a la receta que pone en la web, no conseguiremos cuajar los polos en la vida. La cantidad de alcohol que propone (porque sí, llevan alcohol, aunque sea poquito), impediría el cuajado de los polos en el congelador. Yo he ajustado las proporciones como mejor me ha parecido, y os digo que me han cuajado casi casi de milagro, y que necesitaron de un día entero en el congelador.
Dicho esto, os animo encarecidamente a hacerlos, aunque no tengáis limoncello. Si no les ponéis licor quedarán más enteros y con más densidad. Pero no estarán igual, aviso. Porque aunque hay que tomarlos con cierta diligencia si no queremos correr el riesgo de acabar con el brazo mojado, están de puro vicio. He dicho.
Tiempo: 10 min + un día en el congelador.
Ingredientes (para 6 polos):
- 200 ml de agua.
- 200 ml de azúcar blanco (el mismo volumen que de agua).
- 200 ml de zumo de limón recién exprimido.
- la ralladura de 1 limón.
- 6 hojitas de hierbabuena.
- 50 ml de limoncello.
Preparación:
En un cazo ponemos el agua, el azúcar y las hojitas de hierbabuena y llevamos a ebullición. Cuando rompa a hervir, bajamos el fuego al mínimo y dejamos 5 minutos. Apagamos el fuego y dejamos enfriar.
Echamos el almíbar en el vaso de la batidora, añadimos el zumo, la ralladura y el licor y batimos un poco, hasta que se integre. Repartimos en los moldes de polo y llevamos al congelador.
Podemos poner en cada polo una rodajita muy fina de limón y una hojita de hierbabuena, si nos gusta. Siempre quedarán más vistosos.
A las tres horas, o cuando estén algo cuajados, ponemos los palos de polo y dejamos en el congelador hasta el día siguiente.
Para desmoldar, metemos el molde un momento en agua tibia. Trabajar rápido y volver a meter los polos en el congelador de inmediato, porque se derriten con facilidad.
¿Qué, os gustan? Son puro vicio, os lo aseguro.
Mabel.
Mabel, menudos polos. Yo también recuerdo Avidesa, pero en mi pueblo teníamos La Ibense y la Jijonenca, que se llevaban la palma. La Jijonenca sigue estando y la lleva la misma familia pasando a la siguiente generación.
ResponderEliminarDeben estar muy buenos y si los limones son cogidos del árbol, todavía mejor.
No he probado el limoncello, así y todo, seguro que le añade el toque especial a tu helado.
Besets, guapa.
Intenté el domingo contestarte desde la playa pero no se publicó. Estos polos saben a limón de veras, y son super frescos. Mira que me acuerdo de aquellos Apolos... la Jijonenca era una heladería artesana que había en Catarroja, donde nos llevaba mi abuela a veces a merendar. Su helado de turrón era insuperable.
EliminarQué recuerdos.
Besos mil.
Enséñale los polos a tu amiga, va a flipar con lo que hiciste con los limones del limonero de su padre.
ResponderEliminarME encanta la idea, aunque el alcohol tendré que dejarlo para otro verano, pero las buenas recetas se guardan durante años si hace falta ¡Besos mil!
El alcohol es una cantidad ínfima. Me acabo de tomar uno para refrescarme tras una corta y calurosa siesta y he acabado estornudando, así que creo que su cometido lo cumplen ;)
EliminarEn serio, están tan ricos que los repetiré, como también he repetido los de chocolate.
Mil besos preciosa.