Polos De Lima y Aguacate (receta vegana)

¿Quién dijo que el calor no llegaba este año? ¿Quién?  Porque desde luego, tardar ha tardado pero ha llegado con fuerza. Tanta, que los primeros días no he valido ni un duro.

Pero como os lo cuento. Quienes me conocen quizás no se han dado cuenta, pero me ha costado horrores adaptarme.


Digo esto porque soy una persona muy activa. Tengo mucha energía y necesito desgastarla, por eso supongo que soy muy nerviosa y me muevo muy deprisa. El otro día, un compañero de trabajo me preguntó que porqué iba siempre corriendo. Simplemente soy así, siempre como si fuera a llegar tarde a todas partes.

Esto vengo a contároslo, porque por estas latitudes el calor ha tardado mucho en hacer acto de presencia. Mucho. El mes de mayo ha sido especialmente fresquito y con bastantes chaparrones, cosa por otra parte que se agradece, pero una vez superada la primera quincena de junio nos estamos chupando los deditos. Y qué  queréis que os diga,  a mi estos calores tan de sopetón me dejan KO. Así que me he pasado los días bebiendo como un dromedario después de cruzar el desierto, comiendo polos a diestro y siniestro, y sobre todo durmiendo como una marmota en cuanto he tenido ocasión.

Yo y mis polos raros. Había visto muchas veces estos polos verdositos en Pinterest. Al parecer son muy del gusto de los mexicanos, y a mí todo lo que lleve lima me encanta. Y del aguacate creo que no es necesario hablar, estoy enganchada. Suelo comerlos dos o tres veces a la semana. El otro día, incluso me puse una mascarilla en las piernas, brazos y rostro, de aguacate con un chorrito de limón. ¿El resultado? una piel suave como la seda. Si no os importa parecer el Increíble Hulk durante el proceso, os lo recomiendo totalmente.

Y luego me tomé una de estas maravillas. Ojo, no quiero engañar a nadie: no son golosinas, ni siquiera están dulces. Más bien me saben como un bol de gazpacho frío en pleno verano: como un refresco sensacional que te deja el cuerpo listo para salir de marcha. Y el sabor, a mi particularmente me ha encantado. De modo que si no tenéis miedo a experimentar con sabores diferentes, ya tardáis en probarlos. Eso si no os los bebéis directamente antes de rellenar los moldes, porque queda un batido especialmente apetitoso.

Tiempo: un suspiro y cinco horas de congelador.

Ingredientes (para 4 polos):

• 1 aguacate mediano, no demasiado maduro.
• 1 taza (250 ml) de leche de avena.
• 1 lima.
• 2 cucharadas soperas de sirope de ágave.

Preparación:

En el vaso de la batidora, ponemos la leche de avena, la ralladura de la lima (sólo la parte verde), el aguacate troceado, el zumo de la lima y el sirope. Trituramos a conciencia, asegurándonos de que no quedan grumos.

Probamos de dulce, a mi así me quedan ricos, pero igual necesitáis endulzarlos más o menos.

Vertemos en los moldes de polo. Llevamos al congelador. Si vuestros moldes tienen tapas para insertar los palos, los ponemos directamente. En caso contrario, cuando lleven un par de horas los pinchamos en el centro de cada polo.

Los tenemos un mínimo de cinco horas congelando. Para servir, si son de silicona como los míos, simplemente los sacamos de un estirón. En caso contrario, sumergimos los moldes unos segundos en agua tibia y saldrán sin esfuerzo.

A disfrutar.

Mabel.