Platos fríos

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Helados y polos

Helados y polos
Helados y polos

Bundt cakes

Bundt cakes
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Ketchup Casero, sin gluten y sin azúcar.

Que levante la mano alguien a quien no le guste el ketchup.

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Al menos en mi casa son adictos. La receta que hoy os traigo, está deliciosa, si bien es sustancialmente diferente al comercial. Primero por el color, ya que al llevar varios ingredientes no queda tan rojo como el tomate frito a secas; después por el sabor, ya que está delicioso y no es tan dulce, y por último por la textura, porque al no llevar espesante alguno es más líquido.



Llevo días intentado retener el verano en mi cocina. La despensa me está pidiendo a gritos conservas con frutas y verduras de estación para disfrutarlas después en el largo invierno. Como empiezo a tener algunos ratos libres, no doy abasto. En serio, tengo tantas recetas en mente que no sé si me dará tiempo a llevarlas todas a cabo.

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Por ejemplo, la mermelada de higos, que el año pasado no tuve tiempo de preparar. He conseguido comprar unos poquitos y tengo dos botes en la despensa, aguardando su momento triunfal, aunque voy a intentar hacer más y daros la receta que uso. Ahora empiezo a ver peras y suspiro por hacer algo con ellas, y también he hecho algo con sandía, que tengo un vecino en el mercado que me las regala. No veo el momento, también, de encontrar melocotones de Calanda en el mercado y volver a preparar mi mermelada, aunque el tema de la vainilla esté algo preocupante por lo visto este año. Como veis, ideas no me faltan. Sólo me falta tiempo.

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Y mis tomates. Veo que la temporada va agotándose, y quiero preparar tomate en conserva a mansalva, también he hecho algo de mi Salsa Napolitana y quiero volver a preparar mermelada (a ver si me reconcilio con ella), antes de que mis pequeñas criaturas se despidan de mi hasta el año próximo.

Y el ketchup que hoy os traigo, ya lo preparé el año pasado, pero pasó sin pena ni gloria y sin ver la luz. Esta receta (que encontré aquí, junto a otras igual de apetecibles), es infinitamente mejor que la que hice entonces, y aprovecho para incluirlo en mis recetas sin gluten, porque no lleva y porque mi sobrinita celíaca (y más gente con esta dolencia que sé que me lee), pueda disfrutar de esta receta totalmente casera y adictiva.

¿Sabéis que está brutal con las patatas fritas?

Tiempo: dependerá de la variedad de tomates que se utilicen, a mi me costó una hora y media porque los tomates valencianos tienen mucha agua, si usáis de pera estará listo en menos tiempo.

Ingredientes (para 5 botes de 300 ml):

-6 tomates hermosos y bien maduros, yo he usado valencianos. Si utilizáis de pera, ocho bien grandes.
-1 cebolla grande.
-1 pimiento italiano no muy pequeño.
-3 dientes de ajo.
-5 dátiles,deshuesados y remojados previamente un par de horas en agua tibia.
-1 cucharada sopera de mostaza de Dijón.
-1/2 cucharadita de postre de pimentón de La Vera.
-1/2 cucharadita de postre de canela molida.
-un buen chorro de vinagre de vino.
-aceite de oliva virgen extra.

En una cazuela de fondo grueso, echamos un chorro de aceite y ponemos a sofreír la cebolla cortada en juliana y el pimiento despepitado y cortado en tiras. Cuando pasen dos o tres minutos, añadimos los tomates pelados y cortados en cuartos. Dejamos hacer unos 30 minutos.

Pasado este tiempo, añadimos el resto de ingredientes. Pasados diez minutos, trituramos a conciencia con la minipimer. Dejamos hacer hasta que espese, mínimo media hora, a fuego bajito.

Envasamos en tarros. Cerramos bien y dejamos enfriar poniéndolos boca abajo. Para conservarlos un año, esterilizamos los tarros hirviéndolos, una vez se hayan  enfriado, unos 20 minutos en una olla con abundante agua.

Listo.


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