Estos días David estaba un poco pocho. Al parecer había sufrido un golpe de calor y el pobre estaba completamente desganado.
Pensé que un menú rico en proteínas y en sodio me lo resucitaría, ya que estaba segura que de tanto sudar el pobre estaría completamente desmineralizado (como decía superratón: no olviden remineralizarse y revitaminarse, ¿os acordáis? es que una ya es muy mayor...)
Así que he preparado hoy para comer un sabroso salpicón bien fresquito, con bacalao que está lleno de ácidos omega 3, vitaminas del grupo B y mucho sodio... Os aseguro que está muy rico y que nos ha llenado de fuerza.
Necesitamos (para dos personas):
-unas cinco patatitas cocidas con su piel y enfriadas.
-80 gr de bacalao desalado y desmigado.
-2 ó 3 cebollitas pequeñitas bien dulces y picadas.
-un diente de ajo.
-pimienta negra en grano.
-pimentón rojo picante.
-aceite de oliva virgen extra y vinagre de vino.
Ponemos en un bol las patatas troceadas, el bacalao desmigado y la cebollita picada. Tapamos y dejamos unas dos horas en la nevera.
Un poco antes de servir, preparamos la vinagreta: majamos el diente de ajo con dos bolas de pimienta y un poco de sal en el mortero. Luego añadimos el pimentón, al gusto, y un buen chorro de aceite y otro de vinagre.
Ligamos bien la vinagreta. Repartimos la ración de salpicón en el plato y aliñamos bien con la salsa. Listo.
Fácil fácil, nutritivo y ligero (sí, chic@s, si no nos pasamos con el aceite). Y encima con un aspecto estupendo, ¿o no?.
¡Buen provecho!
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