Resulta que el otro día mi suegra me regaló ésto:
Debían de proceder del huertito asilvestrado de algún vecino. Pero como la mujer me las ofreció con tanta satisfacción, no pude menos que cogérselas.
Lo cierto es que tenían un perfume delicioso, pero buenas, lo que se dice buenas, no estaban demasiado... En lugar de lamentarme de mi mala suerte, decidí hacer un estupendo postre con ellas.
Necesité:
-un buen puñado de manzanas.
-un puñado de azúcar.
-canela en polvo.
Primero ponemos en una cacerola las manzanas troceadas y sin piel. Desecharemos todo lo que no esté totalmente sano. Las cubriremos de agua y de un puñado de azúcar. Al mismo tiempo, pondremos en un cazo la mitad de las pieles (que estén sanas) y los corazones de las manzanas.
Pondremos a cocer lentamente. Cuando haya hervido unos 30 minutos, sacamos el cazo de las pieles del fuego y lo trituramos todo con la batidora.
Ahora colamos el contenido sobre la olla con la fruta. Esto se hace para extraer la pectina que contiene la piel y el corazón de la fruta, y contribuirá al espesado y a su posterior conservación.
Esperaremos a que la manzana esté bien blanda y trituramos todo con la batidora.
Aromatizamos con canela y dejamos hervir un poco más hasta que haya espesado ligeramente y perdido la mayor parte de humedad, siempre sin dejar de remover.
Lo vertemos en unos tuppers y lo dejamos enfriar antes de taparlos.
Ya está. Hay que esperar al menos un día para degustarlo, ya que la pectina va haciendo su labor durante el enfriado. Parece difícil, pero no lo es en absoluto.
Está buenísimo solo, pero yo me compuse un Mel y Mató muy particular:
Tiene muchas aplicaciones. Yo me estoy imaginando unos cupcakes rellenos de manzana que a buen seguro estarán deliciosos...
¡Buen provecho!
Consejo: Este postre es muy astringente, así que hay que tenerlo en cuenta si tenemos problemas de regularidad.
Consejo: Este postre es muy astringente, así que hay que tenerlo en cuenta si tenemos problemas de regularidad.
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