¡Hola a tod@s y feliz comienzo de semana!
Yo estoy muy contenta. Hoy empiezo a trabajar (por cuenta ajena, ya que en el campo no he parado ni un solo día hasta ayer), así que veré caras nuevas y podré relacionarme con más gente que mi chico y las hortalizas, jajaja...
A lo que iba. El sábado compré níscalos (o rebollones, o rovellons) muy bien de precio en una verdulería del pueblo. Tanto padecer para recogerlos en el monte y luego están más que asequibles...
Estas setas tienen un sabor tan poderoso que con cualquier cosa que les pongas componen todo un manjar. Así que rescaté unas tristes alitas de pollo que andaban deambulando por mi congelador y preparé un rico arrocito para dos.
Últimamente estoy utilizando para cocinar un sabroso tomate casero, conserva hecha por
la madre de mi cuñado Eduardo con tomates de mi propia cosecha (o eso al menos dice él, jajaja). La lástima es que se me está terminando el lote que me regaló, tendré que ver si puedo sustraer unos pocos más..
Bueno, sin más preámbulos os paso la receta. Muy rica, y sencillita.
Ingredientes (para dos raciones):
-2 alitas de pollo.
-200 gr de níscalos, troceados y limpios.
-1 vaso de tomate triturado (mejor casero).
-1 vaso de los de vino de arroz.
-aceite de oliva, azafrán o colorante, pimentón rojo picante en polvo.
Primero doramos las alitas de pollo, partidas en dos, en aceite de oliva en una cazuela o paella hasta que se doren. Una vez doradas, añadimos las setas y dejamos hacer un poco.
Luego añadimos el tomate y dejamos sofreír hasta que se haya cocinado bien el sofrito. Luego añadimos el pimentón y damos unas vueltas.
Añadimos el arroz y dejamos que se empape bien del sofrito.
Cubrimos con el triple de agua que de arroz, bien caliente. Añadimos colorante y dejamos cocinar.
Yo lo tengo cinco minutos a fuego vivo y luego unos 10 minutos al mínimo. Tapo bien la cazuela y dejo reposar unos diez o quince minutos más, y se termina de hacer solo.
Listo. Servimos con una tajada de limón por plato, para aliñar al gusto. Rico rico y fácil.
¡Que aproveche!
13
Yo estoy muy contenta. Hoy empiezo a trabajar (por cuenta ajena, ya que en el campo no he parado ni un solo día hasta ayer), así que veré caras nuevas y podré relacionarme con más gente que mi chico y las hortalizas, jajaja...
A lo que iba. El sábado compré níscalos (o rebollones, o rovellons) muy bien de precio en una verdulería del pueblo. Tanto padecer para recogerlos en el monte y luego están más que asequibles...
Estas setas tienen un sabor tan poderoso que con cualquier cosa que les pongas componen todo un manjar. Así que rescaté unas tristes alitas de pollo que andaban deambulando por mi congelador y preparé un rico arrocito para dos.

la madre de mi cuñado Eduardo con tomates de mi propia cosecha (o eso al menos dice él, jajaja). La lástima es que se me está terminando el lote que me regaló, tendré que ver si puedo sustraer unos pocos más..
Bueno, sin más preámbulos os paso la receta. Muy rica, y sencillita.
Ingredientes (para dos raciones):
-2 alitas de pollo.
-200 gr de níscalos, troceados y limpios.
-1 vaso de tomate triturado (mejor casero).
-1 vaso de los de vino de arroz.
-aceite de oliva, azafrán o colorante, pimentón rojo picante en polvo.
Primero doramos las alitas de pollo, partidas en dos, en aceite de oliva en una cazuela o paella hasta que se doren. Una vez doradas, añadimos las setas y dejamos hacer un poco.
Luego añadimos el tomate y dejamos sofreír hasta que se haya cocinado bien el sofrito. Luego añadimos el pimentón y damos unas vueltas.
Añadimos el arroz y dejamos que se empape bien del sofrito.
Cubrimos con el triple de agua que de arroz, bien caliente. Añadimos colorante y dejamos cocinar.
Yo lo tengo cinco minutos a fuego vivo y luego unos 10 minutos al mínimo. Tapo bien la cazuela y dejo reposar unos diez o quince minutos más, y se termina de hacer solo.
Listo. Servimos con una tajada de limón por plato, para aliñar al gusto. Rico rico y fácil.
¡Que aproveche!