Pero si lo que buscas es un bocado chocolatoso, cremoso y no tienes miedo a experimentar, puedes seguir. Es más, te aconsejo encarecidamente que lo hagas.
¿Qué sería de la cocina si nos diese miedo experimentar? Pues que nos perderíamos cosas, a veces completamente olvidables y otras, sorprendentemente agradables. Y la receta que os traigo hoy, lo mismo os sirve para un bocado dulce de postre, como para comer un día en plan loco y con ansias vivas de chocolate, porque estaréis tomando un rico plato de legumbres absolutamente disfrazado.
Vale, no he descubierto la pólvora. Ni siquiera es algo poco conocido, pero lo que sí me ha sorprendido es la ausencia de harinas y/o frutos secos en esta masa (si es que se le puede llamar así), con excepción de las nueces de la cobertura, que son perfectamente sustituibles por otro fruto seco de vuestro agrado, unos nibs de cacao o incluso unos pegotes de mantequilla de cacahuete, como sí lleva la receta original. Sí queréis echarle un vistazo, yo sólo he cambiado las semillas de lino hidratadas por mi compota de manzana casera, y creo que eso ha hecho que tardase bastante en cuajar. Este dulce queda blando después de horneado, simplemente hay que sacarlo del horno cuando al mover la fuente no baile por el centro. La noche de reposo en la nevera ayudará a que termine de cuajar la mezcla. Y a que su sabor cambie por completo... lo probé en caliente y pensé que tendría que tirarlo a la basura. Menos mal que tuve suficiente paciencia... al día siguiente bien fresquito estaba buenísimo.
No me he hecho vegana (aún). Aunque así lo parezca, el pollo, el pescado, los huevos y los lácteos siguen formando parte de mi dieta. Lo que sucede es que hay tantas formas de tomar legumbres, frutas, verduras y semillas que es una pena no explorarlas, ¿no os parece? eso sin contar lo saludable y variada que resulta nuestra dieta cuando lo hacemos. Este tipo de pastel con legumbres lo tenía yo en mente hacía tiempo, y el reto de Cocinando Sabores de este mes ha sido la nota detonante para que me animase a probarlo. Su propuesta ha sido hacer un brownie, bajo el hastag #estebrowniecaserolocomoentero vamos a inundar de pecados chocolatosos Instagram.
Vale, bueno. Estos brownies no son nada convencionales. Es más, son rarunos, sobre todo cuando no estás familiarizado con ciertos sabores. Pero son ricos, jugosos, nutritivos y, por si fuera poco, sencillos de hacer. Ya tengo otra receta de brownies veganos en el blog, que por cierto están de escándalo, pero esos sí llevan harina de almendra y otras féculas. En la variedad está el gusto.
Así nadie dice que no a un plato de legumbres... al menos yo no.
Tiempo: 10 min +50 min de horneado + una noche de reposo en la nevera.
Ingredientes (9 raciones):
- 1/2 taza (125 ml) de compota de manzana, mejor casera.
- 400 gr de judías rojas cocidas en conserva, lavadas y escurridas.
- 3 cucharadas soperas de aceite de coco.
- 1/4 taza (70 ml) de sirope de ágave (o miel).
- 1/4 taza de panela (o azúcar moreno integral).
- 70 gr de cacao puro en polvo 0% azúcares.
- 1 cucharadita colmada de bicarbonato.
- unas nueces para cubrir.
Preparación:
Encendemos el horno a 175º.
Las judías rojas han de estar muy secas, si es preciso les quitaremos la humedad con papel de cocina, no nos interesa añadir humedad a la mezcla.
En un bol, trituramos las judías rojas, la compota, el aceite de coco y el sirope de ágave hasta que quede un puré muy fino. Añadimos la panela, el bicarbonato y el cacao en polvo, y con unas varillas metálicas vamos integrando, hasta que quede homogéneo.
En un molde cuadrado o rectangular, forrado con papel de hornear, vertemos la mezcla. Decoramos la superficie con las nueces, los nibs o lo que hayamos elegido para el topping. Llevamos al horno hasta que empiece a cuajar, es decir que cuando movamos el recipiente, la mezcla ya no "baile" por el centro, pero aún está algo tierna. Sacamos del horno y dejamos enfriar por completo.
Llevamos a la nevera hasta el día siguiente. Devoramos a placer. Aguanta varios días en buen estado, y su sabor mejora al segundo día.
¿Qué os ha parecido? No digáis de qué está hecho... os sorprenderá.
Mabel.
Mabel a mí me encanta tu propuesta. Es que creo que hay que buscar alternativas saludables para los postres. No todo pueden ser cantidades ingentes de mantequilla y azúcar porque en ese caso la que sale corriendo soy yo ja ja ja
ResponderEliminarVeo que somos muchas las que hemos aprovechado este reto para llevar a nuestros hornos recetas que nos llevaban tentando un tiempo y no nos habíamos lanzado a preparar. En mi caso la horneé ayer y he llegado la mar de justa a publicar la foto en instragram, para tenerla en el blog necesito un poco más de tiempo ja ja ja
Me llevo tu receta encantada y sobre todo esa sinceridad de que recién hecho parece que tienes que lanzarlo al cubo de la basura ja ja ja
¡Besos mil!
Sinceridad siempre. Para mi lo más valioso es ir de frente, aunque te lleves algún bofetón, ;D
EliminarYa te digo que si supieras lo que me pareció al salir del horno... mejor me lo ahorro. Y el sabor, yo que sé lo que me pareció. Y ojo que yo estoy acostumbrada a sabores extraños, eh... Pero decidí darle una oportunidad y no veas que alegría. He comido legumbres sin enterarme apenas.
Estoy deseando ver tu receta, me encantan las propuestas arriesgadas. Un brownie clásico, sintiéndolo mucho, no creo que haga. Demasiada grasa innecesaria.
¡¡¡Un beso grande grande!!!
Pues no te creas que no le tengo yo ganas a un brownie vegano! E·s más, me lo he dejado a mano, esto no lo dejo pasar más :)
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