Cuajada de Fresas.

Comienza la operación prepascuas.

Que consiste básicamente en vaciar depósitos de grasa para dar cabida a monas, panquemados, chocolates calientes, buñuelos y torrijas.


Cada año me pasa igual, llego a febrero con el peso controlado y en cuanto cojo vacaciones me pierdo. El viajar en abril no ayuda mucho, ya que entremedias han discurrido fallas, y este año Pascua para más inri. Estoy probándome la ropa de verano para ver qué necesito comprar para llenar la maleta, y de verdad tengo pesadillas en las cuales no me suben las cremalleras, los botones piden auxilio y las costuras están a punto de eclosionar.

Sí,sí, pensaréis que exagero, pero nada más cierto que lo que os cuento. Tal cual. En casa el peligro es real y latente, pero este año pasaremos la Pascua con los cuñados y sobrinos en Lucena del Cid, y aquello es un antro de perdición. Les coquetes en oli i sal, les xocolatades de la vesprada, los guisos contundentes, pueden arruinar las mentes más fuertes. Podéis creerme.

Menos mal que las caminatas extenuantes suelen ser diarias, y así el sentimiento de culpa es menor. El año pasado coincidió la Pascua con mi viaje, pero este año es antes (¿porqué, Señor, porqué?). No me queda más remedio que volver a mis antojos vegetarianos, a mis postres a base de chía y a renunciar a los fritos. Al menos hasta que llegue el día del despegue.

Porque sí, porque dentro de dos semanas estaremos en Fuerteventura descansando, disfrutando de las mejores playas que he visto en territorio nacional, de su clima tibio y sus gentes risueñas.  Y también del estupendo buffet TI que sirven en el hotel, del que ya os hablé aquí, y de los cócteles que preparan. Así que los postres tengo que controlarlos... aunque sólo sea un poquito. Y como estamos en época de fresas, hoy os traigo una receta bien sencilla pero deliciosa.

La cuajada no funciona bien con la pulpa de las fresas, pero a mi me encanta la textura que se le ha quedado ya que no iba a desmoldarla. También he utilizado leche de cabra, que es más digestiva porque contiene menos lactosa que la de vaca, pero nunca me había gustado su sabor. Sin embargo, en este postre funciona  a las mil maravillas, y queda delicioso. Así que os enseño este postre super sencillo, y de paso con él participo en el reto de Pilar, Color y Sabor de Temporada, que este mes estaba dedicado a las fresas y las alcachofas.

Tiempo: 10 min + 2 horas de enfriado en la nevera.

Ingredientes (para 6 vasitos):

• 200 gr de fresas, lavadas y troceadas.
• 40 gr de azúcar moreno de caña.
• 1 sobre de cuajada.
• 500 ml de leche de cabra.

Preparación:

Ponemos en un bol las fresas con el azúcar y trituramos todo muy bien con la batidora.

En un cazo ponemos la mitad de la leche y la ponemos a calentar. Disolvemos en la otra mitad el sobre de cuajada. Cuando la leche del cazo empiece a hervir, añadimos la otra mitad, mezclamos bien con unas varillas hasta que comience a hervir de nuevo. 

Volcamos la leche en las fresas mezclando con rapidez, ya que enseguida empieza a coagular. Vertemos en los vasitos. Dejamos templar.

Cuando estén tibios, tapamos y llevamos a la nevera hasta que estén bien fríos. Al día siguiente están aún mejor.

Sencillo, ¿no? y riquísimo.

Nos vemos el domingo.

Mabel.