Confitura de Naranja y Jengibre.

¿Te apetece un café? Yo pongo las tostadas y la confitura.

Y no una confitura cualquiera, ojo. Que con esta en cuestión, entrarás en calor enseguida, por mucho frío que haga afuera.


Me encantan los sabores intensos. Últimamente me estoy haciendo adicta al jengibre fresco. Una  infusión de raíz con una pizca de canela y zumo de limón, es capaz de resucitar  cuerpos en estado de semicongelación. Me atrevería a decir, incluso, que nos sobrará la ropa después de tomar semejante brebaje, ya que te entran unos calores en el cuerpo quepaqé.

Resulta que compré una raíz de tamaño considerable, y estoy experimentando con ella. Las naranjas, están en su punto álgido: o las consumo en breves o empezarán a estropearse. Y yo, tan aficionada a las mermeladas inglesas, recordé aquella que utilicé para hacer este bundt, y pensé que no quedaría mal combinar la naranja en toda su plenitud (aquí he usado prácticamente la naranja entera), con esa raíz aromática. Y no me he equivocado. Sólo que, tras tomarme una tostada de este dulce con mantequilla, me he activado de tal manera que parece que haya tomado un café doble.

En serio, está muy rica y aunque tiene un punto amargo, es dulce y casi picante. Adictiva diría yo. Además, no lleva demasiado azúcar y el que lleva es integral. Ya os digo, perfecta para empezar el día con energía.

Con esta receta participo en el reto de Pilar, Color y Sabor de Temporada, que este mes estaba dedicado a las  naranjas y a las semillas de amapola.

Tiempo: 1 noche de reposo, 1 hora y media de preparación.

Ingredientes (para unos 4 tarros de 300 ml):

• 4 naranjas de unos 300-350 gr cada una (por favor, con la corteza sin tratar).
• 1 trozo de raíz de jengibre de unos 10 cm.
• 300 gr de azúcar moreno integral (yo uso el de El Clérigo).

Preparación:

Primero, trocearemos dos naranjas, bien limpias, en trozos de unos 2 cm, enteras (con cáscara y todo). Las ponemos en un bol grande.

Una de las otras dos, la pelamos finamente con un pelador de patatas. Cortamos la cáscara en juliana y añadimos al bol.

El resto de la naranja pelada y la restante, les eliminamos la parte blanca en lo posible, separamos los gajos y los partimos por la mitad y los añadimos al bol.

El jengibre lo pelamos con un pelador de patatas. Lo cortamos en cubitos de 1/2 cm y lo añadimos al bol.

Cubrimos la fruta con el azúcar y tapamos. Dejamos reposar unas 12 horas.

Al día siguiente, ponemos el contenido del bol en la olla rápida. Cuando empiece a silbar, bajamos el fuego y lo tenemos una hora.

Mientras, esterilizamos los botes que vayamos a usar.

Una vez pasada la hora, abrimos la olla y repartimos el contenido en los botes. Ojo que quemará.

Tapamos los botes y los dejamos enfriar boca abajo.

Y listo. Al día siguiente ya se puede degustar.  Un consejo: si los vais a guardar largo tiempo, yo acostumbro a darles un baño maría de unos 20 minutos cuando se hayan enfriado totalmente. Así me aseguro su conservación durante varios meses.