Lo que os voy a contar no es ningún secreto. Mi amor por los botes de conservas vacíos supera todas mis espectativas... Todo empezó guardando botes para las mermeladas caseras; continuó gracias a mi sentido de la ecología, que me impedía desperdiciar el vidrio en buen estado , y ha acabado siendo prácticamente un hobby.
Luego están los ingleses, que no tiran absolutamente nada (y que padecen un latente síndrome de Diógenes, me temo), que no paran de darme ideas. Quién me mandaría a mí...
Pues bien, resulta que puse en práctica esta idea para ir de picnic a la playa el otro día, y me resultó superpráctica: los botes tienen el tamaño adecuado para una ración, resultan un envase fácil de colocar en la cesta, y encima quedan la mar de monos...
Pasos:
1- poner en el bote bien limpio el aliño. Yo puse aceite de oliva, vinagre de Módena y sal.
2- llevar al congelador toda la noche. Yo así evito que se mezcle con la primera capa de ingredientes.
3- Ir poniendo a capas, bien prietas, los ingredientes de la ensalada. Yo puse tomates cherry, palitos de surimi deshilados y mezcla de lechugas en juliana. Muy importante: las verduras de hoja no han de entrar en contacto con el aliño, así que las pondremos en la última capa.
4- llegado el momento de degustar, meterle un buen meneo al bote (aún tapado) para que se mezclen los ingredientes y listo.
El aliño congelado ayuda a mantener fresco el resto. También se me ocurre una buena idea para sustituir el tupper para llevar al trabajo...
Si queréis ver muchas y mejores recetas para esta buena idea, mirar aquí
Algún día mi blog será así de supermegachulo...
Y aquí tenéis el día de la presentación en sociedad de mi nuevo tupper:
Espero que os haya gustado.
¡Buen provecho!
De lo más original y sencillo de preparar. Tomo nota.
ResponderEliminarUn besito desde Las Palmas y feliz semana.