Consejos Para Ir de Crucero y No Morir en el Intento.

Una suave brisa, el olor a salitre que impregna todos tus poros, la maleta en una mano y en tus oídos suena la banda sonora de Vacaciones en el Mar... Sí, ¡por fin has decidido ir de crucero! Da igual cual sea tu ruta, la cuestión es que te vas a enrolar una semana mínimo en un barco, en el que vas a dormir a merced de las olas y en el que vas a descubrir un trocito de mundo. Sí, chicas. Ir de crucero es una experiencia fantástica, pero conviene tener en cuenta algunos detalles, para que tu experiencia sea redonda

Yo me informé a conciencia antes de enrolarme, ya que me da mucho miedo el mar. Me mareo en una barca, de hecho en el Támesis lo pasé fatal a la vuelta de Greenwich a bordo del taxiriver. Así que imagínate. Tenía que estar segura de disfrutar de la experiencia, ya que esto no es como montar en avión. que tarde o temprano te bajas. No. Aquí el mar se convierte en tu territorio.

Primer consejo: cárgate de Biodramina.

Aunque te digan que la dan gratis en el barco,  no te arriesgues si eres de estómago blando. Yo no vi en ningún momento que la regalaran, lo cual me lleva al punto dos.

Segundo consejo: coge todos los medicamentos que necesites.

O que creas que vas a necesitar. El servicio médico es de pago en el barco, incluso el que te suministren un simple analgésico. Les pasó a unos compañeros, que les pidieron una cantidad desorbitada por una caja de Ibuprofeno. Menos mal que los demás sí llevábamos. Haz un recuento de lo que puedas necesitar y no te cortes en cargarlo en la maleta. Más vale no tener que usarlo, ¿verdad?

Tercer consejo: cárgate de ropa como si no hubiera un mañana.

En serio, coge toda la ropa que creas que puedas necesitar. No hay límite de peso en el equipaje en los barcos, y vas a necesitar mucha. Al menos dos mudas diarias. Y ten bien en cuenta que en los cruceros siempre hay al menos una noche de gala, en el mío hubieron dos. No es necesario ir en traje de noche, pero no querrás desentonar yendo demasiado informal.

Cuarto consejo: excursiones, las justas.

Que no te vendan la moto. Al menos que no tengas demasiadas ganas de explorar mundo, te aconsejo que cojas sólo aquellas en las cuales la ciudad a visitar no sea la misma que la del propio puerto de atraque (como en Roma, que está a hora y media de coche del puerto). El resto, vale la pena descubrir la ciudad por tu cuenta. Nosotros el penúltimo día nos acoplamos a un grupo que iban de excursión por Sicilia, e iban a pie. Unos compañeros y nosotros nos desviamos y decidimos abandonar el grupo. Pagar por esto es innecesario. Coge un buen plano de la ciudad en un Tourist Info y descúbrela por tu cuenta. Te saldrá más barato y será mucho más divertido

Quinto consejo: no vayáis a última hora a los comedores.

En el caso de las cenas, no hay problema ya que sueles tener reservada siempre la misma mesa. Pero en los desayunos y comidas, ésto puede suponer un engorro. En nuestro crucero, pese a ser un comedor enorme, siempre estaba overbooking a última hora, y es un fastidio no encontrar mesa libre. Al menos a mi, no me gusta esperar para comer, así que os aconsejo llegar, si no pronto, al menos no lleguéis media hora antes de cerrar.

Sexto consejo: camarote, el más barato.

Sí, porque igual tenéis suerte y si no está el barco lleno os colocarán uno de más categoría. Yo escogí un camarote con balcón, lo cual es maravilloso, pero unos compañeros estaban en mi misma planta y habían pagado un 30% menos por el billete, ya que habían comprado un camarote interior.  Esto fastidia bastante, así que si tu presupuesto es limitado no te apures en coger el mas barato, sólo lo vas a utilizar para dormir y cambiarte, y nunca se sabe...

Séptimo consejo y ultimo: cógete unos días para descansar después.

Esto es muy serio y muy cierto, si pretendes explorarlo todo y apurar hasta el último margarita, necesitas descansar al menos dos días después de volver, ya que acabarás exhausta. Los cruceros son muy intensos. Yo volví con una gripe de caballo y estuve una semana en casa, pero no todas os constiparéis para poder descansar...

Espero que estos pequeños consejitos os ayuden, a mi me parece que son los que más me hubiera gustado saber desde el principio. Y sobre todo, ¡disfutad del viaje!

Mabel.