Chocolate a la Taza Mexicano.

El frío ha llegado, por fin.

No hay nada más reconfortante en los días grises y lluviosos que ponerte en el sofá con tu pijama favorito y tu manta más amorosa y servirte una taza de chocolate caliente... ¿o no?

Soy una viciosa del chocolate. Si, lo reconozco. No puedo tener en casa nada que lo contenga sin que mi despensa se convierta en la caja fuerte donde se custodia con recelo una mercancía muy peligrosa. Mis asaltos a la estantería del chocolate son casi casi una obra de ingeniería: voy con sigilo, miro a mi izquierda y a mi derecha para asegurarme que nadie me ha visto, tomo mi botín y salgo pitando pero sigilosa, por si me oye el vecino. ¡Claro, luego llega mi marido y el chocolate, misteriosamente, se ha volatilizado!

Este mes en el reto Cocina de Película, el film motivador era uno delicioso que, curiosamente, yo no había visto aún.

Suerte que el otro día lo pusieron en la 1. La película es preciosa, pero lo mejor es que te crea una necesidad imperiosa de hincarle el diente a una onza de chocolate. Y, aunque estuve dudando entre otras preparaciones, me decidí por un chocolate a la taza. Ese que Vianne utiliza sabiamente para reconfortar los cuerpos y almas de sus pobres vecinos, atrapados en una tradición que no les deja  disfrutar de los pequeños placeres de la vida.

Como en la película la madre de Vianne era mexicana, yo he decidido hacer la receta lo más parecida posible a la que, sin duda, degustaban los vecinos de esta deliciosa Chocolaterie.

Este chocolate no espesa, su consistencia es más bien líquida, pero esto se debe a la falta de almidón en los ingredientes. Y la cayena ha sido todo un descubrimiento: no hace sino realzar la dulzura del chocolate y, junto a la vainilla, hacer de esta bebida un trago delicioso y reconfortante.

Receta adaptada de Basmatilime.

Ingredientes (dos o tres raciones):

-175 gr de chocolate fondant (yo he usado el de Nestlé).
-500 ml de leche (entera).
-1 cucharada sopera de azúcar moreno (yo usé normal, que no tenía).
-1 cucharadita de postre de esencia de vainilla.
-1/2 cucharadita de postre de pimienta cayena en polvo.

Troceamos el chocolate con un cuchillo de sierra.

Ponemos la leche y el azúcar en un cazo y llevamos al fuego. Justo en el momento que empiece la ebullición, retiramos del calor e incorporamos el chocolate y los aromas.

Mezclamos muy bien con un batidor de varillas, hasta que el chocolate se haya deshecho totalmente.

Servimos en tazas, y ¿nos vamos corriendo a ver las otras propuestas? 

¡Besos!