El mes de agosto ha sido duro, muy duro. Yo no sé que ha pasado este año pero he tenido muchísimo trabajo. No me quejo, eso sería indecente, pero el verano casi acaba conmigo. ¡Si es que quiero llegar a todo y eso no es siempre posible! Definitivamente tengo que ponerme límites, algún día de éstos...
Eso se ha notado en las publicaciones del blog. Normalmente en agosto apenas llego a un post publicado, y este año ni siquiera os he puesto recetas con tomates, que es lo que producimos, aunque sí de pimientos. Y los dulces que tanto añoro, yo sólo quiero publicar golosinas y no tengo tiempo de prepararlas. Aunque a partir de ahora intentaré publicar menos salado y más dulce, que parece ser que mi cuerpo pide caña (de azúcar) después de tanto desgaste.
A lo que vamos, que me disperso. Hemos estrenado mes y con ello una nueva receta para Reciclando Sabores. Esta vez os enseño una manera de aprovechar el sabroso caldo de verduras que nos sobra cuando hacemos hervido. Aquí en Valencia es un plato de diario, y suele consistir en patata, judías verdes y cebolla hervidas juntas y aliñadas con aceite, vinagre y sal. Ocasionalmente se le añaden otras verduras (a mi me encanta con zanahoria) pero éstos son los ingredientes básicos.
Lo cierto es que el caldo que resulta está riquísimo, ya que quedan concentrados en él todos los jugos de las verduras. En mi casa se lo bebían directamente. A mi marido no le va, así que he decidido reciclarlo, ya que es una base ideal para sopas y cremas. También he reciclado una patata sobrada del propio hervido (siempre pongo de más), que ayuda a espesar la crema. Si no tenemos patata, una cucharada de puré de patatas instantáneo nos saca del apuro. No está de más tener un sobre en la despensa para estos menesteres.
Además he enriquecido la crema con unas nueces fritas ¡es que me encantan los tropezones en las sopas! y la he decorado con un poco de zanahoria rallada en conserva. Pero sola está igual de rica.Además está igual de sabrosa tanto fría como caliente. Prometido.
Ingredientes (para dos personas):
-3 zanahorias medianas, cortadas en rodajitas.
-1 patata pequeña, ya hervida.
-150 ml de nata para cocinar.
-500 ml de caldo de verduras (si no hay suficiente, completar con agua mineral).
-un puñado de nueces troceadas.
-aceite.
-2 cucharadas de zanahoria rallada en conserva (opcional).
-sal.
Ponemos el caldo a hervir con la zanahoria y dejamos cocer media hora o hasta que esté tierna. Una vez cocida, añadimos la patata y trituramos finamente. Añadimos la nata y llevamos a fuego, suave, hasta que espese ligeramente y tenga una consistencia de crema (unos cinco minutos), siempre sin parar de remover con una cuchara de madera. Sacamos del fuego y dejamos reposar.
Mientras se templa, freímos las nueces en un poquito de aceite. Cuidado porque se queman con facilidad, reservamos.
Servimos la crema con un poco de zanahoria y unas nueces por encima. A disfrutar.
Con esta receta participo en el Reto Reciclando Sabores, no dejéis de pasar para ver estupendas recetas para aprovechar las sobras:
Espero que os haya gustado. Mil besos.
Querida Mabel. No sé si puedo imaginar cómo ha sido tu agosto. Con el trabajo tan duro que tienes y el calorazo que ha hecho, no me extraña que estés muerta. Por eso, es de mucho agradecer que tu primera receta de septiembre nos la regales para Reciclando Sabores. Eres un solete.
ResponderEliminarMe encanta cómo has reciclado ese caldo del hervido, nuestro adorado y sencillo "bollit" para preparar esta rica crema.
Con nueces ya me conquistas del todo.
Un besazo y mil gracias.
Gracias a ti por tus palabras, Marisa. Vuelvo con energías renovadas, que la campaña ha sido muy buena, el calor en mi caso ha sido una ventaja.
EliminarEl bollit en mi casa es plato venerado!!!
Mil besos!!!