Estamos en plena temporada de alcachofas.
Cuando te aparecen con un bolsón de alcachofas puedes hacer tres cosas: o te las comes todas enseguida (lo que supone un problema siendo dos en casa), o las regalas a tu vez (no está el horno para bollos) o haces conserva con parte del cargamento.
Yo he optado por lo tercero. Me encantan las alcachofas, pero a mi lo de comer todos los días lo mismo como que no. Y no digamos mi costilla, que más delicado no puede ser. Eso sí, dale patatas fritas a diario que verás como no se queja. A ver, que cuando no hay más donde elegir es comprensible (y necesario), pero viviendo en el campo y con la variedad de verduras que tenemos, no hay excusa.
Si no os gusta el clavo, suprimidlo. Mis comensales (léase mi suegro e hijo), las encontraron algo fuertes de sabor. Pero no dejaron ni una en el plato. Pôr cierto, son ideales para preparar esta quiché.
Una tarde de enredo pero bien valen la pena. Y ya de paso, con esta receta participo (in extremis) en el reto de Marisa y de Rosalía, Reciclando Sabores.
Ingredientes (para 4 botes de 330 ml):
-16 alcachofas bien frescas y firmes.
-2 limones.
-1 vaso de 200 ml de AOVE.
-1 vaso de 200 ml de vinagre de vino.
-clavos de especia.
-1 cucharada de sal.
-4 botes de cristal de 330 ml con sus tapas, que cierren bien.
Primero, hervimos los botes con sus tapas, unos cinco minutos. Sacamos del agua, ponemos en una superficie limpia y dejamos enfriar.
En un bol bien grande, lleno de agua, colocamos el zumo de un limón y sus cáscaras troceadas. Pelamos las alcachofas hasta dejar el corazón bien limpio, troceamos en cuartos y vamos depositando en el agua con limón, para evitar que ennegrezcan. Seguimos hasta tener troceadas las 16 alcachofas.
En una olla ponemos el aceite, el vinagre, 200 ml de agua, la sal, el otro limón a trocitos con su cáscara y los corazones escurridos. Llevamos a ebullición durante dos minutos. Apagamos el fuego y dejamos templar en la misma olla.
Llenamos los botes hasta el borde. Cerramos bien. Colocamos un paño de cocina en el fondo de una olla (para evitar que los botes se rompan durante el hervido). Colocamos los botes y llenamos de agua hasta cubrir los botes por encima. Necesitaremos una olla alta, yo uso la exprés. Ponemos al fuego y hervimos 20 minutos.
Sacamos del fuego y dejamos enfriar. A partir del siguiente día se pueden consumir, durarán meses si los conservamos en un sitio oscuro y fresco.
Espero que os haya gustado.
Mabel.
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Querida Mabel. Hasta ahora no he podido venir a ver estos botes de alcachofas. A mí también me gustan mucho y en conserva no sabía cómo hacerlas. Ahora, me has dado la idea y me las llevo. Tú te puedes llevar mi "safanoria morada" y todo queda en casa.
ResponderEliminarBesets guapa
A mi siempre se me estropeaban las conservas, hasta que descubrí que el secreto era hervir los botes cubiertos de agua. Esta es una receta con aceite y aromas, pero también se pueden hacer simplemente con agua y sal.
EliminarBesos y gracias, Marisa!!!
Tengo que traerme alcachofas del pueblo... admito que soy una sosa y las cuezo para congelar, pero en aceite deben tener una textura...
ResponderEliminarYa te digo, Ana. A pesar de llevar sólo un tercio del líquido de aceite quedan muy melosas y suaves. También les va genial unas ramitas de hinojo o Romero fresco.
EliminarQue cosa más rica y muy práctica para conservar las alcachofas. Yo solo cambiaría el clavo por otra especia porque a veces, como has comentado, también me sabe muy fuerte... Me apunto la receta, que me ha gustado mucho ;).
ResponderEliminarBesos
Gracias guapa. Como he dicho, cualquier otra especia le viene genial. Yo es que soy muy de cardamomo y clavo, jeje
EliminarBesos!!!
Que cosa más rica y muy práctica para conservar las alcachofas. Yo solo cambiaría el clavo por otra especia porque a veces, como has comentado, también me sabe muy fuerte... Me apunto la receta, que me ha gustado mucho ;).
ResponderEliminarBesos