Y sigo monotemática.
Las confituras de verduras u hortalizas no son santo de mi devoción. Me resultan complicadas, no termino de apreciar ese contraste del dulce y del salado. Sin embargo hay dos al menos que sí se salvan, una de ellas es la de cebolla. La otra es ésta que hoy os enseño.
Es deliciosa. Perfecta para combinar con patés, quesos (sobre todo el de cabra), jamón, salchichón de buena calidad, etc. Personalmente me encanta con patés finos y con el salchicón ibérico, con mucha pimienta. La había hecho en otras ocasiones, pero esta vez creo que ha quedado, sino perfecta, estupenda de sabor y de acidez.
Si sois valientes, podéis encender el horno y así poder asar los pimientos y pelarlos después concienzudamente. Pero yo me he limitado a cocerlos en el microondas, y después de triturados la piel ni se advierte al probar la confitura.
He utilizado tres pimientos rojos, pero es que mis pimientos son de tamaño xxl, id a la entrada anterior y comprobadlo. Tiene que quedar al menos un kilo de pimientos una vez cocidos o asados para seguir las proporciones de la receta. Si os atrevéis, no os defraudará.
Ingredientes (para unos tres botes de 400cc):
-1 kg y cuarto de pimientos rojos.
-250 g de azúcar moreno.
-100 ml de vinagre de vino blanco.
Lavamos los pimientos y los cortamos en tiritas. Eliminamos bien todas las semillas. Depositamos en un recipiente apto para el microondas y los hacemos a potencia máxima veinte minutos.
Dejamos enfriar totalmente. Yo los dejé de un día para otro.
Escurrimos bien el caldo que han soltado los pimientos. Ponemos los pimientos en una olla y añadimos el azúcar y el vinagre. Trituramos los pimientos con la batidora.
Cocemos a fuego bajo hasta que haya evaporado todo el líquido y la consistencia sea de mermelada.
Mientras se hace la confitura podemos esterilizar los tarros y las tapas hirviéndolas unos diez minutos.
Aún caliente la confitura, vertemos en los tarros llenándolos hasta el borde. Cerramos de inmediato apretando bien y dejamos templar poniendo los tarros boca abajo. De este modo se crea el vacío. Si los vamos a conservar en la nevera, la confitura está lista.
Para conservarla por varios meses en la despensa, podemos esterilizar los botes ya llenos bien cubiertos de agua hirviéndolos durante diez minutos.
El vinagre le da el puntito ácido y ayuda en la conservación. La cantidad de azúcar hace que no quede demasiado dulce, pero con la textura y apariencia de la confitura. Está buenísima.
¡Por cierto, es un regalo estupendo! Yo creo que voy a repartir dosis de felicidad en forma de tarritos de confitura de pimientos...
Espero que os haya gustado. Mil besos y gracias por estar aquí.
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