El trabajo del campo me tiene absolutamente copado el poco tiempo libre que creía iba a tener. Con semejante perspectiva, el único consuelo que me queda es que tengo una buenísima excusa para preparar platos contundentes, ya que el huerto nos exige un gran esfuerzo un día tras otro.
Me encanta el jamón. Normalmente me lo tomo en crudo, pero hay ciertos guisos que me gustan mucho. Este es uno de ellos.
Es capaz de resucitar a un muerto. No queda nada salado y es muy suave al paladar. Y para colmo está de vicio, yo me como media barra de pan con mi ración... Aunque pueda parecer un plato de invierno, si lo acompañamos de una ensalada resultará de lo más apetecible.
Necesitamos:
-una loncha de paleta curada por persona, cortada de 1/2 cm de grosor.
-una cebolla picada.
-una latita de champiñones baby o si son frescos mejor que mejor.
-un vaso de tomate frito (del envasado vale).
-una copa de brandy.
-tomillo y pimienta negra recién molida.
-aceite de oliva virgen extra.
Ponemos a sofreír en el aceite las lonchas de paleta. Cuando hayan cogido algo de color las sacamos y las reservamos en un plato aparte.
En la misma cazuela, sofreímos la cebolla, y cuando esté transparente añadimos los champiñones. Dejamos que se hagan y les agregamos las lonchas de paleta. Las rociamos con el brandy.
Dejamos evaporar un poco el alcohol y añadimos el tomate frito, las especias y un vaso de agua.
Tapamos la cazuela y dejamos cocinar unos 10 minutos o hasta que la salsa esté trabada a nuestro gusto.
Listo. Servimos con una ensalada o, aún mejor, con puré de patata casero. Uhmmm...
¡Buen provecho!
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