Torta di Carote (Tarta de zanahoria)

¿Os apetece un trocito de tarta?

El pasado mes fue mi cumpleaños, y para la ocasión, preparé una tarta muy especial. Una vuelta de tuerca a la clásica carrot cake, pero diferente.


Esta versión es la pariente rústica de la famosa tarta de zanahoria. De hecho, tengo una versión de un blog canadiense que es una delicia jugosa (aquí), y también una receta más bizcochona que tengo pendiente de publicar y que es mortal. Por eso, cuando vi la torta di carote, entre las opciones que tenía para la propuesta dulce del reto Cocina Regional Italiana, del que soy anfitriona este mes, no me lo pensé mucho.

La receta original pedía montar las claras a punto de nieve, pero yo no disponía de tiempo y además, quería que quedase no muy esponjosa porque quería que soportara la congelación. Hice los bizcochos, los congelé por separado, y el día del montaje de la tarta, simplemente los saqué del congelador, puse el relleno y la cobertura, y listo. No tenía tiempo para más.

Me ha encantado esta versión. La receta es originaria de la región del Trentino.  Una región montañosa al norte del país, con unos valles maravillosos y unos paisajes de postal. No es difícil imaginarse la merienda con un trozo de este pastel junto a una chimenea encendida en un día frío de invierno, con la nieve cayendo tras los cristales sobre las montañas. Ains, ya me han entrado ganas de viajar de nuevo...

Gracias de nuevo, Maggie, por tu reto maravilloso. Espero no perderme ninguna propuesta esta temporada.

Bueno, pues sin más dilación os paso la receta, que es tan sencilla como deliciosa, y con la que he celebrado mis 47 años.  Salud.

Tiempo: 1 hora, más el tiempo de enfriado.

Ingredientes:

Para el bizcocho:

• 250 gr de zanahoria, limpia y troceada.
• 250 gr de almendra cruda.
• 150 gr de azúcar.
• 5 huevos.
• 1 cucharada de ron.
• 50 gr de pan rallado.
• 1 cucharada sopera de mantequilla.
• 1 limón.

Para el frosting:

• 400 ml de nata para montar.
• 100 gr de azúcar glas.
• 1 sobre de gelatina neutra instantánea.
• 1 chorrito de aroma de vainilla.
• 1 cucharadita de café rasa de levadura química.

Para decorar:

• mango desecado.
• cerezas desecadas.
• pistachos.

Preparación:

Encendemos el horno a 200º.

En una sartén de fondo grueso, tostamos ligeramente el pan rallado y le añadimos la mantequilla. Dejamos un minuto sin parar de remover hasta que el pan la absorba. Reservamos.

En un bol capaz, ponemos las zanahorias, las almendras y los huevos y metemos el brazo de la batidora hasta que quede todo bien integrado.  Añadimos el azúcar, el pan rallado y tostado, la cáscara de limón rallada fina y la levadura. Movemos bien con unas varillas hasta que esté todo perfectamente integrado.

Vertemos en dos moldes pequeños engrasados y espolvoreados de harina y nivelamos la superficie. Horneamos unos 30 minutos o hasta que se dore la superficie. Si lo hacemos en un sólo molde grande, necesitará más tiempo, unos 45 min.

Sacamos del horno y dejamos enfriar por completo.

Para el frosting, reservamos un poco de nata y el resto la montamos muy muy fría junto al azúcar glas y la vainilla. Desleímos la gelatina en el resto de nata y lo añadimos a la nata ya montada, incorporando con movimientos envolventes.

Cubrimos una de las bases, dejando un cm de grosos, ponemos la otra base y terminamos de cubrir la tarta. Decoramos al gusto antes de servir.

Una delicia, os lo aseguro.

Mabel.