Y yo no podía dejar de tenerlos en mi recetario, ¿verdad?
Lo que pasa es que la manteca de cerdo y yo no somos compatibles. Sí, la he usado y disfrutado, y de hecho cuando viajo no pregunto qué lleva lo que me ponen en la mesa, me lo como y punto. Pero en casa sí que miro lo que tomo. Me diréis, "de algo hay que morirse", como bien hace mi madre. Sí, claro, pero si puedo evitar que sea por una mala alimentación, pues tanto mejor.
No os voy a decir cuántas calorías tienen estos polvorones, porque seguro que unas cuantas y no pienso pararme a calcularlas, pero son grasas sanas, fruta que yo misma he recogido del árbol y sé lo que lleva la receta. Si hay que pecar se peca, oye, pero con conocimiento. Lo sé, aburro con la almendra molida, pero la tenía en casa y no se me ocurrió mejor forma de aprovecharla. Y lo mejor, que a mi costilla le han gustado (y mucho).
No tienen nada que ver con los tradicionales, porque estos no se desmigan en la boca como los que están elaborados con manteca. Más bien tienen una textura crujiente, pero qué queréis que os diga, a mi casi me gustan más. Y de sabor, ni os cuento. El aroma que desprende la bandeja una vez fríos es indescriptible. No sé cómo no los había hecho antes.
La receta, la he copiado de aquí, pero yo sí le he añadido zumo de naranja, quizás por eso han quedado más crocantes. Pero lejos de ser un error, los polvorones han quedado geniales. Si os gustan un poco más harinosos, dejadlos más gorditos y no los dejéis dorar como yo. Una vez los bordes empiecen a coger color, los sacáis del horno.
Aunque no he llegado a tiempo, os invito a visitar la estupenda colección de recetas navideñas que ha conseguido compilar nuestra querida Angélica, de Bizcochos y Sancochos, con su tercer Parrandón de Recetas Navideñas. A cual más rica y original.
¿Nos animamos?
Tiempo: 15 min + 1 hora de enfriado + 30 min de horneado.
Ingredientes:
- 150 gr de azúcar glas. (más un poco para la decoración final).
- 50 gr de almendra molida.
- 200 ml de aceite de oliva virgen extra.
- 1 naranja no tratada químicamente.
- 1 cucharadita de ajonjolí.
- 1 punta de cuchillo de canela en polvo.
- la harina que admita.
Preparación:
En un bol ponemos el azúcar glas, la almendra molida, el ajonjolí, la canela y la cáscara de la naranja finamente rallada, sin la parte blanca. Lo mezclamos bien todo.
Añadimos el aceite de oliva y 100 ml de zumo de naranja, removemos bien con unas varillas.
Añadimos la harina, poco a poco. Primero removemos con las varillas, y cuando esté bien espeso seguiremos mezclando con las manos. La textura que buscamos es una masa que se desmigue pero que esté compacta aún. Hacemos una bola y la cubrimos con papel film. Llevamos a la nevera una hora.
Encendemos el horno a 170ªC.
Extendemos la masa entre dos papeles de horno hasta que quede de 1 cm de grosor. Cortamos con un cortapastas redondo y vamos depositando en la bandeja del horno cubierta con papel de hornear.
Horneamos unos 25-30 minutos o hasta que se empiecen a dorar los bordes.
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Sacamos y, en cuanto se enfríen, decoramos espolvoreando de azúcar glas.
Podemos conservarlos varios días en un recipiente metálico.
¿Os animáis a preparar vuestros propios dulces navideños?
XXOO
Mabel.
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