De marzo a junio podemos encontrar espárragos tiernos en el comercio. A mí me encantan, además son ricos en potasio, en fibra, diuréticos y antioxidantes. No se les puede pedir más.
Por aquí es fácil encontrarlos en estado salvaje en el mes de abril. Una tarde, mientras David atendía sus tareas en el campo, yo me fui a ver si encontraba alguno. Ésto es lo que pude reunir:
Pensé que estaba aburrida de las tortillas y revueltos, así que después de navegar por internet un buen rato encontré en Directo al Paladar una preparación que me resultó de lo más sugerente.
Necesité:
-un manojo de trigueros bien firmes.
-un bote de tomate triturado.
-piñones.
-vinagre de Módena.
-aceite de oliva virgen extra y sal.
Primero salteamos los espárragos troceados en el aceite. Los reservamos una vez se han hecho. En la misma sartén salteamos los piñones, cuando se hayan dorado añadimos el tomate, un buen chorro de vinagre y dejamos freír. Cuando el tomate esté listo lo sazonamos ligeramente. Añadimos los espárragos reservados, un calentón y listo.
La receta original era algo más elaborada, pero a mí me gusta simplificarme la vida... jajaja...
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